Ramón Villarreal y Lucía Navas
La Aduana de Peñas Blancas, Rivas, es considerada una de las principales arterias del comercio regional. Sin embargo una serie de deficiencias en el sistema de despacho ubican a este puesto entre los que más encarecen los costos del transporte de mercancías, revela un estudio del Banco Mundial (BM).
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Las quejas son interminables. Jorge Brenes, conductor de cabezales de nacionalidad costarricense, detalló que en sus 35 años en el oficio recorriendo Centroamérica solo en Peñas Blancas es donde pasa una serie de tropiezos. Ya lleva más de cinco horas esperando tramitar los documentos para que le dejen pasar. La fila de furgones en espera es de varias cuadras.
El estudio del BM “Agrologística en Centroamérica” identificó que por ejemplo a los exportadores de tomate de Costa Rica el valor de tiempo de espera en el cruce fronterizo de Peñas Blancas (en dirección norte) “en un día típico en circunstancias normales casi duplica los costos de logística mediante la adición de un adicional de 0.14 dólares por kilogramo en los costos ocultos a través de las pérdidas de este producto muy perecedero”.
INTERMINABLES
El perjuicio igual es para los exportadores de carne de Nicaragua a quienes en los costos por logística también se duplican “cuando el valor de tiempo de espera en poder pasar en este puesto aduanero se incluye de 11 por ciento a alrededor del 21 por ciento”.
“El proceso para sacar la carga de Nicaragua sigue lento y muchas veces los traileros no llegamos a tiempo con el barco que nos espera en Puerto Limón (Costa Rica), o tenemos que meterle ‘la pata’ al camión y eso es peligroso”, expresó el furgonero Brenes.
Alberto Macías, transportista salvadoreño, denunció el abuso con las multas por el administrador de Aduana de Peñas Blancas, Gustavo Sánchez. “Si nos detenemos a sacar una copia y dejamos el camión solo hay multa, si conversamos con algún tramitador y lo saludamos nos multa, si le compramos o cambiamos dinero con un cambista, o por cualquier cosa nos multa con 50 dólares, y como castigo a muchos nos despachan hasta el día siguiente”, aseguró Macías.
Los gestores aduaneros también sufren represión porque solo les dan poco tiempo para hacer los trámites, pese a que se les dificulta cumplir porque en Aduanas no respetan las facturas membretadas y autorizadas de otros países como Costa Rica y Panamá. Eso provoca que la mercancía ya facturada sea valorada al “antojo” del personal aduanero.
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