Florida/AP
Dado que no existe la cuarta corona en el beisbol será muy difícil para Miguel Cabrera superar su actuación de 2012.
El venezolano se ha presionado mucho a sí mismo para ayudar a los Tigres a ganar, pero cuando se trata de logros individuales, su estrategia resulta bastante sencilla.
“Creo que uno simplemente adquiere la habilidad de reconocer qué tan buenos son —los jugadores de Grandes Ligas— y cuando se ve a uno que es un jugador muy especial… nos sentimos muy afortunados”, agregó el mentor de los Tigres de Detroit.
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“Siempre creo que uno puede ser constante”, dijo. “No sé si uno va a mejorar, pero mi meta siempre ha sido ser constante”. Cabrera ha hecho que eso parezca asombrosamente fácil.
La temporada pasada, el tercera base de los Tigres de Detroit se convirtió en el primer ganador de la triple corona en 45 años —y por increíble que parezca, su promedio de bateo fue 14 puntos superior una campaña antes—.
El venezolano ha bateado por debajo del promedio de .320 solamente una vez en los últimos ocho años, y pegó menos de 30 cuadrangulares solo en una temporada de las últimas nueve.
Nada es seguro en un deporte tan inconstante como el beisbol, pero las aportaciones de Cabrera se están convirtiendo en algo rutinario.
Los Tigres sostuvieron su primer entrenamiento con el equipo completo ayer en una húmeda mañana en Lakeland, terminando con un ajetreado período entre campañas para Cabrera.
Inició tarde porque Detroit llegó a la Serie Mundial el año pasado, y luego que Cabrera bateó para .330 con 44 cuadrangulares y 139 carreras remolcadas y ganó la triple corona y el premio al jugador más valioso de la Liga Americana, hubo que atender entrevistas y otros asuntos.
Incluso el campo de entrenamiento será diferente a lo normal debido al Mundial de Beisbol del próximo mes. Esa pausa implica que sea más importante para Cabrera entrenar lo más que se pueda desde el principio.
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