Noel Amílcar Gallegos
La diabetes parece haberse ensañado con el núcleo familiar de Rosario Mendoza, originaria de Masaya. Sus abuelos y padres fallecieron de la temible enfermedad y otros están batallando contra ella.
Mendoza era una de las que asistieron la mañana de ayer al parque Central de Masaya para colaborar con el hablatón que se organizó a propósito del Día Mundial de la Diabetes.
Entre sus brazos cargaba a su pequeña nieta, quien “gracias a Dios” no padece dicha enfermedad. “Casi toda nuestra familia es diabética, tengo dos hermanos fallecidos por diabetes, y dos más que están luchando con esta enfermedad. Lo más difícil es cuando llegan a la etapa terminal, cuando se entra en problemas con los riñones (hace una pausa). Y a la postre esto le provoca un paro cardíaco”, comentó con ojos humedecidos.
Javier García, vicepresidente de la Asociación de Padres de Niños y Jóvenes Diabéticos, en Masaya, cuya esposa e hijo padecen de la enfermedad, dijo que si alguna persona se practicó ayer la prueba de diabetes y salió positivo tiene el apoyo de esta benéfica agrupación. “Hasta el momento, en coordinación con otros clubs de Masaya, solo niños con esta enfermedad contabilizamos 325 casos, y cada día siguen saliendo más”, sostuvo García.
Estimó que los factores que pueden influir para adquirir la diabetes entre jóvenes y adultos son los problemas del hogar, económico, desempleo y por supuesto hereditarios. Dijo que por cada niño diabético se destinan 300 dólares mensuales.
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