Organizaciones nicaragüenses en Miami y de la sociedad civil en Nicaragua suscribieron ayer en esa ciudad una proclama en la que demandan a la comunidad internacional la invocación de la Carta Democrática Interamericana, de la que Nicaragua es signataria, para lograr el restablecimiento de la institucionalidad y el respeto a los derechos humanos en el país.
Ortega aún no se ha pronunciado sobre esa Cumbre, pero si rehúye a los temas no sería la primera vez que se ausente a un encuentro.
La congresista Ileana Ros-Lehtinen dijo que seguirán presionando a la Administración de Barack Obama para cortar la ayuda económica a la dictadura de Ortega.
Violeta Granera, del Movimiento por Nicaragua, cree en el compromiso de estos legisladores para apoyar la restauración de la institucionalidad en el país.
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Varias de estas organizaciones realizaron ayer un evento que reunió al senador republicano Marco Rubio y los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y David Rivera con Irinea Mejía, esposa y madre de los opositores asesinados tras las elecciones nacionales de noviembre del 2011, en El Carrizo, un caserío pobre situado en el norte de Nicaragua.
Sandra Marina Rodríguez, una de las organizadoras, aseguró que los legisladores estadounidenses se comprometieron a continuar denunciando el fraude electoral del 2011 en Nicaragua y el retroceso institucional que afecta al país.
Mejía con su relato conmocionó a los legisladores, quienes ya conocían el hecho, pero no el dolor en la voz de una sobreviviente. Por su valentía el viernes recibió una placa.
Roberto Bendaña, de Hagamos Democracia, cree que el testimonio de Mejía podría dar “más energía y pasión” a los cambios que apoyan los legisladores republicanos.
La proclama también advierte las consecuencias del deterioro institucional en Nicaragua, demandan la unidad nacional y la renovación total de las autoridades electorales.
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