Anne Pérez Rivera
La utilización de suelo con vocación forestal, en labores de ganadería extensiva y agricultura de subsistencia, es el principal elemento que pone en riesgo las 21 cuencas hidrográficas en el país, de acuerdo con el director del Centro para las Investigaciones de los Recursos Acuáticos (CIRA), Salvador Montenegro.
“Se deben corregir los malos usos de los suelos, y el uso integrado de los recursos hídricos es una de las opciones para poder revertir esos malos usos”, valoró Montenegro, uno de los participantes del Foro Internacional de Agua y Cuenca.
Según estadísticas científicas, el agua que cae en Nicaragua es envidiable y se contabiliza en unos 37 mil metros cúbicos de líquido por persona al año. Convertido a barriles, según los cálculos del CIRA, cada nicaragüense tiene acceso a 531 recipientes al día. Las prácticas actuales sobre las cuencas “degradan los suelos, los erosionan, pierden calidad, se reduce la infiltración de agua y se usan plaguicidas que son contaminantes del suelo y aguas superficiales y subterráneas”, indicó Montenegro.
La ampliación de la cobertura y el fortalecimiento de las capacidades institucionales para que el servicio de agua sea sostenible deben ser tomados en cuenta para mejorar la gestión de recursos hídricos y la planificación territorial, indicó Antonio Marro, coordinador de la mesa de donantes de agua.
Los expertos que participaron en el foro coincidieron en que se requiere la aplicación de políticas y estrategias concretas en el manejo de los recursos hídricos.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A