No es enfermedad que cause pena,
sino noble edad si es comprendida.
Será pesadumbre si desprecias
sus singulares encantos escondidos.
Es compartir recuerdos y flaquezas,
y reírnos de los signos que la anuncian.
Es tomarse de las manos cada día
y celebrar la vida y el amor hasta el final
Managua, marzo de 2010
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