14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La vida que exhalan las tabaqueras

Durante 42 años de su vida, doña Juana Moreno Mendoza, de 60 años, ha encontrado en el tabaco la manera de subsistir.

Ver imagen ampliada

Durante 42 años de su vida, doña Juana Moreno Mendoza, de 60 años, ha encontrado en el tabaco la manera de subsistir.

Moreno se ha desempeñado como instructora en diferentes momentos de su trayectoria por su vasta experiencia en la elaboración de puros. A pesar de ser madre soltera, gracias al tabaco logró darles el bachillerato a sus tres hijos, sin embargo ellos no ingresaron a la universidad porque eligieron ser obreros del tabaco como ella.

Pero los hijos de doña Juana no son los únicos que han abandonado sus estudios. En el norte del país, miles de jóvenes postergan sus estudios universitarios para trabajar en diversas actividades del tabaco. Para estos jóvenes, esta es la única alternativa de subsistencia.

En el departamento de Estelí existen unas 40 fábricas tabacaleras. Doce de estas han adquirido el régimen de zonas francas.

Gracias a que las actividades del tabaco requieren de buena condición física y dinamismo, son los jóvenes los que tienen mayor probabilidad de ser contratados por los empresarios del tabaco.

“Aproximadamente unas 20 mil personas trabajan en diversas actividades de la producción de tabaco, entre ellas la mayoría son jóvenes entre los 14 y 20 años”, dice el analista de empleo y salario del Ministerio del Trabajo (Mitrab), Erasmo Jarquín Zelaya.

Las jornadas laborales pueden iniciar a las 6:00 de la mañana y extenderse hasta las 6:00 de la tarde. Varía según el trabajo a desarrollar y la temporada.

“Cuando hay muchos pedidos tenemos que trabajar horas extras”, explica Armando Leiva, de la fábrica de puros Nicarao Cigars, ubicada a dos kilómetros del centro de la ciudad de Estelí.

Nicarao Cigars opera desde el 2000, tiene un área de 5 mil metros cuadrados y emplea a 250 personas en las áreas de finca, preindustria e industria. Es la única de Estelí que siembra tabaco durante todo el año, pues las demás solo lo hacen una vez a inicios de año.

EL SALARIO EN LAS FÁBRICAS

Según el Mitrab, el salario mínimo en las fábricas de puros con categoría de industria manufacturera es de dos mil 421 córdobas, mientras en las fábricas con categoría de zona franca es de tres mil.

Doña Juana Moreno, por ser muy ágil, elabora unos 400 puros diarios. Se gana 180 córdobas, es decir 45 centavos por puro. Cuando hay pedidos especiales, como los puros con doble capa, los empresarios los pagan a un córdoba, pero elabora la mitad de los que haría normalmente porque este tipo de habanos requiere el doble de trabajo.

El salario promedio de Moreno ronda los 4 mil córdobas. Este es un salario bastante bueno en comparación con el de otros obreros con menos experiencia. El monto no cubre todas sus necesidades, pero al menos mitiga parte de ellas. “De esto vivimos nosotros. Si no existiera este trabajo quién sabe si pudiéramos sobrevivir, porque es el único trabajo que pagan mejor”, señaló Moreno.

Las actividades relacionadas al cultivo del tabaco y fabricación de puros se han convertido en la principal fuente de empleo en la zona. Actividades como la siembra, fumigación, riego y corte de tabaco implican mayor esfuerzo físico y son menos remuneradas. El salario en los campos de cultivo de tabaco es de 2,700 córdobas (90 córdobas diarios).

[doap_box title=”Recursos amenazados” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Los recursos naturales del norte también son afectados con la producción del tabaco. El suelo, el agua y el bosque son indispensables para el desarrollo del mismo.

La fumigación del tabaco con agroquímicos de manera casi permanente afecta la calidad y cantidad de agua. Por una parte, el riego permanente atenta con secar los pozos ubicados en su mayoría en los valles planos de Estelí y Condega. Las plantaciones de tabaco se ubican convenientemente, en su mayoría, sobre el manto acuífero que atraviesa la ciudad de Estelí, a orillas de la Carretera Panamericana, en dirección norte-sur.

El agua también se contamina cuando desde el suelo los agroquímicos se infiltran al manto acuífero.

Además del agua, el bosque es otro recurso indispensable para el cultivo del tabaco. De este recurso se obtiene el carbón que permite secar la hoja, la madera para la construcción de los galerones o casas de curado del tabaco y las cajas que le dan la presentación final al puro.

[/doap_box][doap_box title=”Los primeros tabacaleros” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

A principios de la década de los sesenta muchos tabacaleros salieron de Cuba como consecuencia de la revolución. Fue entonces cuando llegaron a Las Segovias y establecieron las primeras fábricas del tabaco. El cultivo de la hoja del tabaco requiere de uso intensivo de mano de obra no especializada. Según el Sistema de Información Geográfica del Magfor, Estelí se encuentra entre las zonas más aptas para el cultivo del tabaco.

[/doap_box]

En las fábricas el obrero además tiene la opción de hacer más puros y ganar más, sin embargo en los campos de cultivo, a los obreros se les paga por día de trabajo.

La elaboración de cajas de madera, empaque y carga son otras de las actividades que también generan empleo en la zona. Algunas microempresas se dedican solo a la elaboración de cajas de puros, otras únicamente al cultivo de la planta, sin embargo la mayoría de las empresas son grandes y aglutinan bajo el mismo sello todas las actividades.

1299300527_TABACO1

NO CAPACITAN A LOS OBREROS

Desde el área de higiene y seguridad del Ministerio del Trabajo (Mitrab) de Estelí se monitorean y vigilan las condiciones laborales que ofrecen los dueños de las fábricas a los obreros del tabaco en las diferentes etapas de producción.

Según David Chavarría, responsable de higiene y seguridad del Mitrab, el problema más común en las fábricas tabacaleras es la falta de capacitación a los trabajadores en materia de higiene y seguridad.

“Los dueños de fábricas no forman a sus trabajadores, no crean conciencia de la importancia del uso de los equipos de protección ni les exigen su uso”, dice Chavarría.

Durante sus recorridos por las fábricas y los campos de cultivos, Chavarría ha notado que casi nadie utiliza equipos de protección tan sencillos como los guantes y mascarillas. Tampoco utilizan los comedores e ingieren alimentos cuando están en las áreas de cultivo (ahí entran en contacto con agroquímicos) o en las fábricas.

En los campos de cultivos los obreros tampoco utilizan mascarillas, guantes, ni capotes para fumigar. Según especialistas, los obreros tienen una probabilidad alta de sufrir una intoxicación por el contacto a diario con los agroquímicos que aseguran el buen desarrollo del tabaco.

1299300529_TABACO2

ENFERMEDAD DEL “TABACO VERDE”

Cefalea y náuseas son los síntomas más comunes. A estos, le siguen vómito, vértigo, debilidad, escalofríos y un aumento en la salivación y la transpiración. Se llama “enfermedad del tabaco verde” (ETV) y es una forma de intoxicación por la absorción de la nicotina en la piel.

Este padecimiento es común entre los recolectores de la hoja de tabaco y los trabajadores que manipulan la planta de tabaco fresca y la hoja ya curada.

“La persona se ve pálida y es común que reporte dolor abdominal y diarrea. Algunos pacientes podrían presentar postración severa, dificultad para respirar y fluctuaciones en la presión arterial y el ritmo cardíaco”, explica Francisco Ríos, del área de Epidemiología de Estelí.

“En el 2004, hubo un brote de intoxicados, visitamos las fincas donde se cultiva tabaco y no habían aplicado agroquímicos en ese momento de la intoxicación, fue entonces cuando descubrimos que la intoxicación había sido causada por la enfermedad del tabaco verde”, recuerda Ríos.

Los síntomas de esta enfermedad fueron observados por primera vez en los trabajadores de las plantaciones de tabaco en los Estados Unidos, a inicios de los años setenta.

Ríos dice que la nicotina entra al cuerpo también por la vía digestiva cuando los trabajadores están manipulando la hoja de tabaco e ingieren alimentos sin lavarse las manos.

Con el programa de reducción de intoxicaciones laborales emprendido por el Minsa hace más de una década, y aún vigente, capacitaron al personal médico en el manejo de los pacientes intoxicados por nicotina porque anteriormente se estaban tratando esos casos como intoxicación por plaguicidas.

1299300531_TABACO3

LA SUPERVISIÓN FALLIDA DEL ESTADO

El Mitrab dice que hace dos supervisiones mensuales a cada fábrica. “En cada visita le pasamos un informe con recomendaciones a los dueños de las empresas, citamos con base en la Ley 618 de Higiene y Seguridad los artículos violados, pero estos, en algunos casos, no acatan las observaciones”, se queja David Chavarría, responsable de higiene y seguridad del Mitrab.

En la década de los noventa, los intoxicados por plaguicidas eran casi 180 casos cada año. En el 2010, la cantidad se redujo a 20 casos, expone por su parte Francisco Ríos, del área de Epidemiología de Estelí.

Esa aparente reducción de las intoxicaciones se debe a que ahora muchos casos no se reportan a los centros de atención médica y a la contribución del Programa de Capacitación, Vigilancia de las Intoxicaciones Laborales y no Laborales por plaguicidas que el Ministerio de Salud inició en 1995, según Ríos. “Sabemos que muchos casos de intoxicación leve no se reportan a las unidades de atención médica y son atendidos por familiares, los que administran medicamentos caseros”, añade Ríos.

El funcionario del Minsa agregó que los obreros en otras ocasiones no reportan las intoxicaciones porque temen perder sus trabajos por el desprestigio que implica para las fábricas.

Para Ríos, el principal problema está en hacer cambiar de costumbre a los obreros que tradicionalmente han fumigado cultivos sin protección. “Es un reto convencer al campesino que utilice mascarilla, lentes, capote y guantes”, señaló.

En las fábricas tienen otra versión de la historia.

“Los trabajadores se sienten sofocados con la mascarilla. Aunque nosotros le exigimos su uso, cuando damos la vuelta, ellos se la quitan”, defiende Armando Leiva, jefe de producción de la fábrica Nicarao Cigars. Durante los recorridos realizados por LA PRENSA en varias fábricas tabacaleras, de Estelí y Condega, se observó que los obreros no usan los equipos de protección en ningún momento ni cuando el supervisor de planta está presente.

Nacionales cultivo de tabaco Estelí tabacaleras archivo

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Jimena Jimenez
    Hace 13 años

    La mascarilla que usan ahorita atrapa el dioxido de carbono que exhalan ellos mismos y lo vuelven a respirar atrapado en la mascara misma ,deprimiendo al cerebro los pulmones de oxigeno. naturallmente los tiene que incomodar.
    Deben de usar una mascarilla un poquito mas cara pero tarda mas y esa trae una salida especial para el aire exhalado o dioxido de carbono que se atrapa en la mascarilla que actualmente usan por ser barata..

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí