La comunidad internacional terminó convirtiéndose en la principal carta que tiene la oposición nicaragüense para “convencer” al presidente Daniel Ortega y a las autoridades electorales de facto de permitir la presencia de observadores locales e internacionales en los comicios del seis de noviembre próximo, dijo ayer el diputado y ex canciller Francisco Aguirre Sacasa.
De acuerdo con Aguirre Sacasa, la “presión” de la comunidad cooperante podría hacer reflexionar al mandatario Ortega.
“Yo creo que la presión internacional es, desgraciadamente, la carta más fuerte que se está jugando en este ajedrez político. Nosotros intentamos en la Asamblea Nacional revertir las acciones, pero el presidente Ortega logró, de diferentes maneras, una mayoría de hecho en la Asamblea Nacional”, admitió ayer el diputado liberal.
El presidente Ortega y los magistrados de facto han dicho que sólo permitirán un acompañamiento electoral, pese a que la Ley Electoral establece la “observación”.
En el parlamento hay un proyecto de ley, promovido por organizaciones civiles, que pretende asegurar la observación en las elecciones, pero no ha sido tramitado.
Aguirre Sacasa es del criterio que si no hay observadores habría más posibilidad de un fraude electoral y, como consecuencia, la cooperación volvería a suspenderse.
“Si no hubiera observación nacional e internacional creíble, creo que difícilmente podrían los donantes usar la plata de sus contribuyentes (para respaldar) a un gobierno ilegítimo, ilegal e inconstitucional”, indicó el legislador.
OBSERVACIÓN O FRAUDE
Aguirre Sacasa, ex presidente de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto, estimó que la cooperación tradicional que recibe Nicaragua ronda los 400 millones de dólares al año y la ayuda de rápido desembolso es cercana a los 100 millones de dólares anual.
Autoridades de Estados Unidos, Alemania y otros países de Europa han dicho públicamente que están dispuestos a enviar delegaciones de observadores para las elecciones presidenciales.
La presión, manifestó Aguirre Sacasa, podría tener éxito, ya que el presidente Ortega estaría frente a una eventual suspensión de ayuda internacional, como le ocurrió tras el fraude en las elecciones municipales de 2008.
“Si es que la comunidad internacional cierra filas alrededor de la suspensión de la ayuda a Nicaragua, sobre todo la multilateral y multinacional con los organismos financieros internacionales, y sobre todo la ayuda de rápido desembolso, creo que Daniel Ortega terminaría aceptando (la observación); si no, ya podremos decir de antemano que habrá un fraude en estas elecciones, que no tendrán ninguna legitimidad”, considera el diputado.
LA PRENSA publicó, el pasado domingo, la contradicción del magistrado electoral de facto, Roberto Rivas, entre los años 2006 y 2011.
En 2006 Rivas defendía la observación electoral y criticaba el acompañamiento. En este 2011 Rivas opina todo lo contrario.
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