14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Hugo Noé Pino, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) LA PRENSA/ RENÉ ORTEGA

“Debemos estar preparados para el retorno de la crisis”

Nicaragua resultó ser el único país de Centroamérica donde la reforma tributaria le ha permitido percibir al Gobierno mayor recaudación de impuestos que la esperada. En la segunda edición del informe Lente Fiscal, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) refleja que mientras El Salvador, Panamá, Costra Rica y Guatemala tienen una variación entre 10 y 9 por ciento de la recaudación esperada, Nicaragua registra un 13.9 por ciento de crecimiento de los impuestos obtenidos con respecto al 2009.

Nicaragua resultó ser el único país de Centroamérica donde la reforma tributaria le ha permitido percibir al Gobierno mayor recaudación de impuestos que la esperada.

En la segunda edición del informe Lente Fiscal, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) refleja que mientras El Salvador, Panamá, Costra Rica y Guatemala tienen una variación entre 10 y 9 por ciento de la recaudación esperada, Nicaragua registra un 13.9 por ciento de crecimiento de los impuestos obtenidos con respecto al 2009.

Honduras es la excepción, pues registra una disminución de 1.9 por ciento.

Aumentar los impuestos tuvo la justificación del fuerte déficit presupuestario ante la caída de los mercados por la crisis económica de 2008-2009.

Hugo Noé Pino, director ejecutivo del Icefi, dice que si bien el balance general es positivo, extiende la advertencia que las economías de la región siguen siendo vulnerables a pesar de la bonanza en su crecimiento exportador.

“El principal mensaje que tenemos en el Lente Fiscal es que los análisis que todos los analistas hacen con respecto al comportamiento mundial, tanto los organismos financieros internacionales como las compañías consultoras, nos señalan que hay mucha incertidumbre acerca del comportamiento del mercado mundial”.

Estados Unidos no sale totalmente de la crisis y en Europa otros países están pidiendo ayuda para sus mercados financieros

Sí. La noticia de Irlanda de que está en una fuerte recesión y hay mucha preocupación desde el punto de vista del sistema financiero. Entonces en la economía mundial hay mucha incertidumbre.

En lo que nos toca más directamente, el crecimiento de Estados Unidos este año va a ser menos del 2 por ciento. Eso implica que nuestras exportaciones, las remesas, la inversión extranjera que normalmente viene en su mayoría de Estados Unidos, pues no sirve de elemento dinamizador de las economías centroamericanas.

¿Hay riesgo de que la crisis vuelva?

Los datos de los últimos trimestres de la economía mundial revelan que lo más seguro es que haya una recaída en el 2011.

Pecamos de optimistas al pensar que la crisis había terminado y lo cierto es que no. La deuda pública de los países desarrollados será del 100 por ciento del PIB al final de este año.

Entonces ellos están razonablemente asustados con el manejo de la deuda y por eso es que han comenzado con la consolidación fiscal. Eso está causando un estrés mundial.

¿El impacto a nuestros países?

Esos países han estimulado un mayor consumo interno y como efecto se nos ha comprado más nuestra azúcar, café, banano.

¿Qué pasa ahora? La economía va mal y el consumo se está volviendo a restringir en los países desarrollados y eso va a impactar negativamente en nuestras exportaciones.

¿La bonanza de las exportaciones que tenemos puede verse estancada?

Totalmente. El próximo año veremos cómo se deprimen las variables de las exportaciones.

¿Qué proyecta Icefi a corto plazo?

Debemos estar preparados para el retorno de la crisis. Ante esa situación los próximos tres o cuatros años para Centroamérica se presentan muy difíciles, con tasas de crecimiento bajas, principalmente los países denominados del CA-4 que es Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

En éstos la política fiscal se convierte en algo más importante, porque puede en determinado momento servir de compensación a esa actividad económica reducida. Pero principalmente porque tiene la obligación de atender las demandas sociales como educación, salud e infraestructura donde en Estados de democracia cada vez son de reclamos más fuertes.

Si las potencias económicas extienden sus problemas ¿cómo debe prepararse la región?

Creo que hay diferentes alternativas. Una se ha venido planteando, y que no es fácil, es diversificación de mercados. Ahora sabemos que hay un nuevo gigante económico que es China y toda la cuenca del Pacífico en Asia.

Pero creo más factible en este momento potenciar el mercado centroamericano, que tiene cerca de 40 millones de consumidores, es cierto, muchos de ellos no tienen tanta capacidad adquisitiva, pero hay elementos que pueden ser aprovechables. Es una lástima que aún no tengamos una Unión Aduanera.

El otro aspecto es que debemos volver a una política de producción de alimentos que permita garantizar ciertas cosas mínimas a la población; como el arroz, frijol y maíz para no depender de comprar fuera ante los déficit de la producción en cada país.

Obviamente la modernización de la administración tributaria.

¿Cuál es la propuesta?

Lo que plantea el Icefi es que en Centroamérica se requieren reformas fiscales integrales, pero no hablamos con lo que comúnmente se asocia, que es el aumento de impuestos, porque es sólo una parte.

Implica mejoramiento en la administración tributaria para combatir la evasión fiscal, reducir las exoneraciones no justificadas que hay muchas. Modificar el Impuesto sobre la Renta (IR) que en nuestros países tienen un amplio campo para hacer modificaciones.

Significa que los gobiernos sean más transparentes en el uso de recursos, que le den la información al público general cómo gastan los recursos, que bien sea provengan de impuestos o donaciones de tal forma que la sociedad en su conjunto vaya auditando qué está pasando.

LA TRANSPARENCIA

¿Cuál es el panorama sobre la evasión fiscal?

Preocupante. Estudios sobre Nicaragua indican que cerca del 40 por ciento del impuesto sobre ventas se evade. Ese mismo estudio no se ha hecho sobre el IR, pero si tomamos en cuenta los casos de El Salvador y Guatemala, que Nicaragua no ha de ser muy diferentes, los niveles de evasión fiscal llegan alrededor del 60 por ciento.

¿Cuánto se pierde con esa evasión?

Podrían andar alrededor del 1 ó 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Ahí es donde vemos que no hay capacidad de mejorar la educación, de construir más hospitales y dotar de las medicinas necesarias para la población.

Hay que reconocer que el gasto social ha ido mejorando en Centroamérica en esta década, pero no en función de la demanda. Los casos de desnutrición en Guatemala y Honduras son muy altos. Los casos de mortalidad materna a la hora del parto pueden ser reducidos por los Estados, pero éstos no cuentan con los recursos suficientes.

Al mismo tiempo que pedimos que los ingresos aumenten demandamos transparencia . La única forma de crear una cultura tributaria es que la gente se sienta con confianza en que lo que paga va a ser destinado realmente a lo que los presupuestos señalan.

Siempre se habla de esos temas, pero los gobiernos parecen evadirlos.

Se ha avanzado, por ejemplo Guatemala, Honduras y Nicaragua tienen sistemas financieros integrados que son módulos que ahora con el desarrollo de la computación e internet la gente puede acceder a esta información.

Se supone que le puede decir cuánto le cuesta la construcción de una carretera, cómo se licitó e incluso deben de tener el cheque que se pagó. Esa información permite que diferentes sectores puedan auditar si el gasto era el real y eso te obliga a los gobiernos a dar transparencia.

¿Contradictoriamente Nicaragua es donde se perciben más ingresos pero la distribución del gasto en inversión es menor?

Nicaragua aparece con la carga tributaria más alta, con el 17.3 por ciento del PIB. No obstante, y no es fácil decirlo, en muchas instituciones internacionales hay la consideración que ese porcentaje puede estar sobrevalorado, en el sentido que el PIB puede estar subestimado hacia abajo.

El otro punto es ver quién está pagando. ¿Lo hace el que posee más riqueza o lo paga la clase media? Y el segundo lugar el destino del gasto público, y ahí es dónde están las prioridades.

Las demandas sociales siempre sobrepasan los ingresos fiscales, por eso la insistencia en usarse eficientemente los recursos, combatir la evasión fiscal y no temer a regular las exoneraciones.

Ahí siempre se entiende como una pasada de cuentas políticas a las ONG, medios de comunicación. El sector privado se queja que afectarán a la producción.

Hay un amplio campo para analizar cuáles son las exoneraciones que tienen sentido y cuáles no.

Ejemplo la maquila. Cuando se constituyó en Centroamérica se determinó que estas empresas tendrían exoneraciones por diez años mientras se creaban, fortalecían y exportaban.

Han pasado 10, 20 y hasta 30 años y siguen gozando exoneraciones. Ésa no es una actividad de política económica para incentivar la producción, eso es un privilegio económico, que grupos que tienen acceso a las decisiones políticas logran en base a prebendas o financiamiento de campañas.

Ese tipo de cosas hacen mucho daño a la democracia, a la gobernabilidad y ahora hay condiciones internacionales favorables para corregirlas. Para el 2015, los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la eliminación de exoneración exigen quitarle a los países todo aquello que se considere como un subsidio a las exportaciones.

Aquí se justifica la exoneración a las maquilas por el empleo que crea. ¿Es justificable?

Eso es jugar con la necesidades de los países. Nadie duda que se generan empleos y han representado en algún momento trabajos decentes y en otros no. Pero el caso es que si eso que se está dando se justifica mantenerlo en el tiempo.

Fue algo que se pidió como una forma de iniciar el proceso de producción, pero recuérdese que estas empresas compiten con otras que pagan impuestos de hasta 40 por ciento de otros países. Lo que uno puede fácilmente señalar es que las maquilas más que incentivar producción están teniendo ganancias extraordinarias que no contribuyen a lo que el Estado necesita para financiar gasto.

El sector privado aquí las promueve. Será muy difícil eliminarles las exoneraciones.

En Guatemala las exoneraciones que da el Estado representan el 8 por ciento del PIB. Algo está mal y es algo que Centroamérica debe corregir.

Esa situación se resuelve cuando el Estado de la información a la población sobre qué empresas están exoneradas, cuánto es el monto y el tiempo que las han gozado, cuánto empleo genera y se podrá juzgar si estas empresas realmente contribuyen al desarrollo del que se habla. Estoy seguro que se encontrarán muchos casos en que dos terceras partes de las exoneraciones no se justifican.

Economía Economía Nicaragua preparados retorno crisis archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí