Por Wilder Pérez y Elizabeth Romero
Así le fue expuesto con un mapa en mano por el jefe Antidrogas de la Policía, comisionado mayor Esteban Guido, al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, durante su visita a Nicaragua, según publicación efectuada a través de los medios de comunicación afines al Gobierno.
Según la explicación, la ruta narco surge en Colombia, y en ese país la agrupación está liderada por un sujeto conocido como El Abuelo, que es uno de los herederos del cártel del Valle y que actualmente produce la cocaína y abastece a grupos ligados al cártel del Golfo de México.
En la cadena participan panameños, costarricenses, nicaragüenses, hondureños y colombianos, la cual desemboca en San Juan de Nicaragua, con la célula que integra la familia Reyes, conocida por el alias de Los Tarzanes, que son nicaragüenses.
Guido mencionó en esa cadena a un narco conocido sólo como Juanito, que hace de auxiliar y otro como Chale, quien alquila las aeronaves en Colombia. En Panamá está Jesús, como representante de los dueños de coca, y Deman, un nicaragüense nacido en la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS), encargado de enviar droga desde Panamá al resto de la región.
En Costa Rica, particularmente en Barra de Colorado y zona fronteriza cercana al San Juan en la desembocadura, la Policía dijo que están identificadas dos bodegas auxiliares para casos de emergencia, que son utilizadas para almacenar droga, la que después es transportada a través del Lago de Nicaragua y río San Juan, así como por el Caribe.
Más adelante, en Honduras la agrupación tiene como sus representantes a Javier Cacho, cabecilla en ese país y otro conocido como Escorpión, encargado de las labores operativas y otro apodado como El Can, encargado de la transportación de la carga.
La base fundamental, la base que ellos tenían de apoyo logístico estaba radicada en San Juan de Nicaragua, sostuvo Guido.
En la exposición gráfica que presentó la Policía en filminas aparece como cabecilla de la estructura Ower Alexander Alvarado González, alias Piun. Y como segundos jefes de estructura Melvin Undón Alvarado González y Marcos Reñazco Padilla. Y en un lugar importante ubican en esa estructura a Agustín, Alejandro, Bernabé y Simeón Reyes Aragón, alias Los Tarzanes. Y menciona a los costarricenses Gilbertt Bathee Fernández, alias Machococa y a Alfredo López Salazar, como asociados a Los Tarzanes.
También identifican a los pangueros guías y a los apoyos de los pangueros en toda esta cadena para el traslado de droga en el interior del territorio nicaragüense.
Cuando la Fuerza Naval está enfilada en dirección a una lancha del narcotráfico, ellos despliegan dos o tres lanchas en la misma dirección para perder la dirección de la lancha objetivo y la lancha cargada es evacuada y las otras lanchas desde Corn Island comienzan a circular para desviar la atención de la lancha que va en persecución de los narcotraficantes, le expresó Guido a Insulza.
Guido señaló que la Policía Nacional en todos sus operativos contra los Reyes siempre ha mantenido al tanto a las autoridades de Costa Rica. Y la organización de narcotraficantes trató de conseguir armas, pero la Policía logró incautarles 49 fusiles en los Cayos Perlas el año pasado.
En la exposición el Ejército y la Policía le explicaron claramente a Insulza cómo la zona del río San Juan es utilizada por los narcotraficantes y el crimen organizado.
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La Organización de Estados Americanos (OEA) resolvió enviar a pláticas bilaterales a Nicaragua y Costa Rica, tras escuchar el informe y recomendaciones presentados por su Secretario General, José Miguel Insulza.
El presidente del Consejo de la OEA, Joaquín Maza, dijo en sus comentarios finales que “es eminente que existen asuntos pendientes que resolver por ambas partes que deben llamar la atención de este Consejo para la búsqueda de solución pacífica”, por lo que citó “la obligatoriedad de las partes para que los métodos pacíficos contribuyan a una solución”.
Maza, quien dio 48 horas para que Nicaragua y Costa Rica presenten sus análisis sobre su propuesta, recomendó que la OEA acompañe a ambos países en sus diálogos binacionales.
La decisión fue tomada a partir de las recomendaciones de Insulza, que consistieron en cuatro puntos.
El primer punto instó a que ambos países realicen la octava reunión de la Comisión Bilateral a más tardar en la fecha antes programada, que es el 27 de noviembre.
El segundo punto recomendó retomar las pláticas sobre la línea fronteriza conforme los tratados vigentes, en este caso el Jerez-Cañas, el Laudo Cleveland, los Laudos Alexander y el veredicto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El tercero fue evitar fuerzas armadas, llámese Ejército o Policía, donde su presencia pudiera generar tensión.
Y el cuarto consistió en ejecutar acciones para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
NICARAGUA CELEBRA, COSTA RICA CONTRADICTORIA
El embajador nicaragüense ante la OEA, Denis Ronaldo Moncada Colindres, celebró la propuesta del Consejo, que coincidió con Nicaragua en tres de los cuatro puntos, ya que no estuvo de acuerdo en retirar a los efectivos del Ejército nicaragüense de Harbour Head.
“Nicaragua no admite ultimatum. Nosotros aceptamos el diálogo, la negociación y la búsqueda de soluciones pacíficas a los diferendos”, dijo Moncada Colindres, con respecto a la posición de Costa Rica, de que el Ejército de Nicaragua abandone Harbour Head.
OTRO TICO QUE PIERDE LA CALMA
Por su parte Enrique Castillo, embajador costarricense ante la OEA, que representó ayer Costa Rica tras el fracaso del canciller René Castro ante el Consejo, se mostró reacio a tres de las cuatro recomendaciones de Insulza.
Castillo reaccionó incómodo al diálogo bilateral, al posible amojonamiento y densificación de hitos que demarcan la frontera según el derecho internacional, y a combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
Al final, los miembros del Consejo, a excepción de Panamá, evitaron caer en el mensaje confrontativo y contradictorio del representante costarricense.
“Costa Rica es un país pacífico, pero algunos llamados a la paciencia, al tiempo, a hacer las cosas con tranquilidad, bilateralmente, podría avalar un precedente pésimo, que es aceptar una situación de violación de territorio de un país, día que pasa, hora que pasa, esos principios están siendo mancillados. La OEA no debe consolidar esa situación ni hacerla prolongarse”, expresó Castillo.
INSULZA DESMIENTE A TICOS EN LA OEA
Aparentemente a Costa Rica no le valió cambiar de representante, ya que los argumentos y un vídeo de Castillo resultaron igual de infructuosos que las fotos presentadas por su antecesor Castro.
Incluso el vídeo que mostraba a Nicaragua como país invasor de la isla Calero, mencionada insistentemente por Costa Rica, provocó una aclaración de Insulza hacia el final de las ponencias de los miembros del Consejo.
“Yo pregunté específicamente en Nicaragua por la isla Calero, dijeron que la isla es costarricense y Nicaragua no objeta eso, lo que pasa es que eso (la controversia) afecta el trozo superior, el más alto, una punta de la isla Calero (Harbour Head). Cuando hablo donde su presencia (de armados) podría generar tensiones, no me refiero a la isla Calero, sino a la finca Aragón, que son tres kilómetros cuadrados… no hay 30, ni 40, ni 50 soldados (nicaragüenses), porque no pueden ser más, no alcanzarían, no puede alcanzar un batallón porque es un pantano, un suampo, un humedal”.
TICOS QUIEREN LA PUNTITA
Jaime Incer Barquero, presidente de la Academia de Historia y Geografía de Nicaragua, confirmó que en Costa Rica se le llama isla Calero al extremo oeste de ese país que está al norte del río Colorado y no al espacio que comprende Harbour Head, como pretendían hacer creer los representantes del Gobierno costarricense.
Según Incer Barquero, que coincidió con Insulza, Harbour Head mide unos pocos kilómetros cuadrados y no se trata de una isla, sino de una puntita de lo que en Costa Rica se le llama isla Calero.
El mismo término de isla, explicó Incer Barquero, no es aplicable a la geografía del lugar porque no se trata de un espacio de tierra en medio de grandes proporciones de agua, sino de un extremo cercado por los ríos San Juan, de Nicaragua, y Colorado, de Costa Rica.
“Es como si dijéramos que Managua es una isla por tener los cauces Oriental y Occidental, es un absurdo”, explicó Incer.
Insulza aseguró que “nosotros recomendamos evitar presencia armada en ese lugar (Harbour Head), no hay ninguna base (militar nicaragüense)… la propuesta no es quitar ninguna base, solamente nos estamos refiriendo a una porción muy pequeña de territorio… no es que no hubiera habido policías ticos o ejércitos nicaragüenses, sino que no había nadie”.
INSULZA DEJÓ CAER LÁPIDA A TICOS
El Secretario General de la OEA sí hizo la observación de que, frente a Harbour Head, del otro lado del río San Juan, sí existe una base militar nicaragüense, tal como la hay a lo largo de la cuenca, siempre en territorio de Nicaragua.
Esto cayó como una lápida a la representación de Costa Rica, que mantuvo sus argumentos en el mismo nivel de la primera sesión para abordar las diferencias limítrofes con Nicaragua, basados en fotos, vídeos y presunciones, sólo que esta vez expresó un par de chismes, como valor agregado.
Una vez más, Costa Rica evitó citar los acuerdos internacionales y apenas se refirió a éstos como si se tratara de documentos sin valor.
CASI TODOS POR DIÁLOGO
Por los pobres argumentos de Costa Rica, Nicaragua salió bien librada de la trampa que la delegación de ese país preparó para los representantes de todos los países del continente.
Castillo se refirió constantemente a Nicaragua como “un país invasor y agresor”, pero no sólo no logró comprobar la invasión y agresión nicaragüense hacia su país, sino que además se mostró amenazante con su ultimatum de 48 horas a la OEA, para que obedeciera las peticiones de Costa Rica, ya que de lo contrario el organismo sería víctima de una “burla”.
Sin embargo, la OEA no se dejó amenazar ni burlar de Costa Rica, ya que todos los embajadores que integran en Consejo, a excepción del representante de Panamá, estuvieron de acuerdo con la propuesta de Insulza.
El embajador panameño ante la OEA, Guillermo Cochez, se mostró airado en contra de la posición nicaragüense, por considerar que su país y Colombia no debían ser mencionados en la lucha contra el narcotráfico que ejecuta Nicaragua en la zona fronteriza del departamento de Río San Juan.
Cochez aparentemente actuó con más rencor que razón, pues llegó al punto de decir que la propuesta de Insulza era igual a la de Costa Rica, cuando en realidad el único punto que aceptó la representación costarricense fue el de dialogar, aunque bajo amenazas de Castillo.
Por el contrario, el embajador de México ante la OEA, Gustavo Albin, se mostró mesurado al decir las razones por las que apoyaba las recomendaciones de Insulza. “Es necesario un proceso técnico que evite la confrontación”, dijo. Lo mismo opinaron Bolivia, Brasil, Perú, Guatemala, Colombia, Guyana, Canadá, Chile, Ecuador, Estados Unidos y República Dominicana.
Sobre el tema, el vicepresidente Jaime Morales Carazo dijo que “todo esto va a desembocar en un diálogo tarde o temprano, tal vez se va a tensionar un poco más, patrioterismos y nacionalismos baratos que están haciendo algunos sectores ticos, creo que la presidenta (Laura) Chinchilla es sensata, pero tiene grandes presiones”.
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