Tegucigalpa/ACAN-EFE
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, decretó hoy estado de “emergencia” en el sistema penitenciario del país, por el hacinamiento en las principales cárceles, cuyas construcciones en su mayoría son obsoletas.
El secretario de Seguridad de Honduras, Oscar Álvarez, dijo a periodistas que se atenderá la emergencia con mejoras en los presidios, a lo que le seguirán acciones legales orientadas a mejorar el sistema penitenciario en general.
La emergencia fue decretada en Consejo de Ministros, precisó Álvarez, quien además indicó que las cárceles hondureñas son “universidades del crimen”.
No se precisó si se han aprobado partidas presupuestarias para atender la situación.
El alto funcionario señaló que cárceles como la Penitenciaría Nacional, cercana a Tegucigalpa, y la de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país, han rebasado su capacidad penitenciaria.
En el caso de la Penitenciaría Nacional, construida a finales del siglo pasado para unos 1.000 prisioneros, actualmente alberga a 3.000, mientras el presidio de San Pedro Sula, norte, fue concebido para unos 900 reclusos, pero ahora tiene 2.500.
El resto de los 11.000 reos que integran la población penitenciaria están repartidos en otras 22 cárceles.
Según indicó lvarez, la emergencia declarada hoy regirá en los presidios de San Pedro Sula, Santa Bárbara, Puerto Cortés, La Esperanza, El Progreso, Trujillo, Yoro, La Ceiba y Puerto Lempira.
Añadió que la cifra de reos se ha disparado en la administración de Lobo, que inició el 27 de enero pasado, porque se han capturado peligrosos delincuentes en múltiples operaciones de la Policía para garantizar seguridad a la población.
Las autoridades coordinan además un programa para el mejoramiento de las cárceles, clasificación de reos, agilización de sentencias por parte del poder judicial y garantizar una mejor alimentación para los presos, entre otras acciones, indicó por su parte el secretario general de la Secretaría de Seguridad, Jaime Banegas.