Por Edgard Rodríguez C.
Orlando Suárez ha dejado de ser el forjador de una agradable sorpresa, para convertirse en el protagonista del mayor impacto en la actual temporada de beisbol superior, con el equipo de Jinotega.
Armado de un llamativo repertorio, que incluye una recta de estimable velocidad, pero sobre todo de mucho movimiento, más curva, cambio y slider, Orlando ha eslabonado una cadena de nueve triunfos consecutivos, que lo han catapultado hacia la cima, y aún con su sencillez, ha obligado a que se le vea.
Pero la más importante adición que Suárez ha hecho a su arsenal no es una electrizante bola rápida o un envío de quiebre brusco, sino la madurez que lo transformó de tirador a pitcher, mientras enloquece a los jinoteganos y atrapa la atención de los fanáticos del beisbol en general.
De otro modo, no sería fácil explicarse el salto dado por Orlando, quien se ha caracterizado por lanzar bajito y mezclar disparos, gracias al control que ha agudizado. Es un estilo distinto al chavalo que surgió hace unos 15 años, empeñado en escapar de la mediocridad a través del poder en sus lanzamientos.
Sin embargo, fue su espigada contextura física y la velocidad en sus disparos lo que llamó la atención de Mike Brito, cuando lo firmó para los Dodgers en 1996. Ahora ha perdido fortaleza, pero ha ganado sabiduría y aprovecha mejor lo que tiene, mientras trabaja extra en su preparación con Jinotega.
Su récord de 11-3 y 1.50 es el mejor de la liga. Ha caminado 108 entradas, en las que admite 18 carreras limpias, con 52 ponches y 25 boletos. Y con cinco aperturas por delante, su meta son los 15 éxitos, una cifra no fácil de alcanzar aún en Ligas Mayores. En Jinotega no ha perdido. Tiene 9-0 y eso es una gran ventaja.
La proximidad de Julio Raudez y Mario Peña, quienes han capturado 10 triunfos, es también un estímulo que tiene Suárez para seguir en su empeño de concluir como el pitcher más ganador de la liga, en la que también se ha colocado a Jinotega sobre sus hombros y lo tiene en la lucha por avanzar aún más.
En una campaña en la que Jimmy González ha tronado con brusquedad y Juan Carlos Urbina ha emergido como el nuevo gran cañón, el “as” de Jinotega ha sido el pelotero más consistente y su impacto se hace cada vez más visible.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 B