El crédito de las microfinanzas es caro, pero más caro es no tener ningún tipo de crédito. Allí hay factores que tienen que ver con el manejo de los créditos, los montos, el personal y la falta de una legislación que fomente la actividad. El presidente de Asomif, Julio Flores, explica:
¿Muchos dicen que es caro el crédito de las microfinancieras?
Es carísimo. Miralo de manera simple. Es un crédito al menudeo, si uno va a comprar un producto cualquiera al por mayor, tiene un precio, y si comprás al menudeo, te dan otro precio. Pero no es porque así tenga que ser, sino porque los costos de administrar un pequeño crédito de mil, de dos mil o cinco mil córdobas es carísimo. Los microempresarios no llevan contabilidad, por lo que los oficiales de crédito tienen que llegar a hacer sus cálculos de ventas, de inventarios, balance general de estados de resultados y su flujo de caja. Eso se hace todos los días con los microempresarios para colocar un crédito, por muy pequeño que sea ese crédito.
Diferente a un banco, entonces
Un banco coloca un crédito de 100 mil dólares en una pequeña empresa, a esa pequeña empresa le pide su contabilidad, su flujo de caja y el analista revisa lo que le entrega el dueño de la empresa. En el caso nuestro, no. Nosotros con 100 mil dólares entregamos 200 créditos, porque el monto promedio es 500. Mientras que un banco con 100 mil dólares hace cuatro operaciones de pago que pueden ser trimestralmente en un año. Nosotros tenemos préstamos en el sector urbano que son pagos semanales, quincenales o mensuales. Si son pagos quincenales estás hablando de cinco mil operaciones al año, con cien mil dólares de pagos y desembolsos.
¿Un oficial de crédito cuántos clientes atiende?.
Atiende entre 350 y 400 clientes. Si es un clientes del mercado, le está dando crédito cada cuatro meses y cada cuatro meses lo está volviendo a evaluar. Ese oficial de crédito semanalmente está yendo a los mercados, levantando solicitudes y haciendo análisis de flujos de caja y de contabilidad de los pequeños clientes, incluso de las señoras que están en los mercados con los canastos vendiendo frutas, con los vendedores ambulantes que andan con una cajita vendiendo cigarros o vendiendo chicles. Entonces es carísimo.
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