Ana Fernández
TEGUCIGALPA/AFP.-El presidente electo de Honduras, el conservador Porfirio Lobo, quien logró una arrolladora victoria en Honduras, empezó este lunes a trabajar hacia un “gobierno de unidad nacional” con el que espera zanjar la crisis política hondureña y granjearse el apoyo internacional.
En su primer discurso tras proclamarse vencedor de las urnas organizadas por el gobierno de facto, Lobo ofreció una “mano abierta franca y sincera para formar un gobierno de unidad nacional, de reconciliación” que asumirá el 27 de enero.
“No es tiempo ya de más divisiones, es hora de sumar y multiplicar, dejemos atrás las diferencias”, dijo el candidato del Partido Nacional (PN, derecha), quien apenas tuvo tiempo para digerir su abrumadora victoria -cerca de 300.000 votos más que su rival Elvin Santos del Partido Liberal (PL, derecha).
Uno de los primeros encuentros de este lunes ha sido con el jefe del Estado Mayor del Ejército, Romeo Vásquez, responsable de ejecutar el golpe de Estado que sacó a Manuel Zelaya del poder y de enviarlo en avión a Costa Rica el 28 de junio, informaron a la AFP sus asesores.
También se ha mostrado favorable a hablar con Zelaya, aunque éste ha dejado claro que no aceptará las elecciones aunque fuera restituido en el poder.
Según datos todavía parciales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Lobo obtenía el 53% con más del 60% de las mesas escrutadas, frente al 36% de Santos. Según el organismo, la participación del electorado fue del 61%, una cifra que fue cuestionada por Zelaya y sus seguidores, quienes afirmaron que hubo una abstención del 65-70%.
HARTOS DEL CONFLICTO
Su abultada victoria deja claro que los hondureños están hartos de un conflicto político que ha fracturado al país y a muchas familias agravando más la situación económica ya de por sí difícil por la crisis internacional.
Pero si en casa le aguardan titánicos desafíos para sacar al 70% de los hondureños de la pobreza, crear empleo y hacer crecer de nuevo la economía que este año terminará con números negativos (-3-4%), su inmediata labor es granjearse el reconocimiento de una comunidad internacional que había exigido la restitución de Zelaya para aceptar los comicios.
“Es difícil para un país en democracia no reconocer un proceso electoral que legitima un gobierno, así se termina la crisis, así se legitima el gobierno”, dijo Lobo este lunes a la prensa.
En su primer discurso como presidente electo en la noche del domingo, Lobo aseguró que las adhesiones estaban empezando a llegar. Estados Unidos, Alemania, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Japón, Italia, Suiza, Indonesia, Emiratos Arabes Unidos y Francia han “expresado que van a aceptar nuestro proceso”, dijo.
Estados Unidos, principal socio comercial de Honduras, ha asegurado que los comicios son un “paso adelante”, pero “no es suficiente” para que el país regrese al seno de la comunidad internacional.
Con Manuel Zelaya refugiado en la embajada de Brasil y con escasas posibilidades de retornar al poder, más difícil lo tendrá con países como Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay o Venezuela para granjearse su reconocimiento.
El Congreso Nacional hondureño debatirá este miércoles la eventual restitución de Zelaya en el poder. La decisión de los legisladores podrían allanar o entorpecer aún más el camino hacia una salida de la crisis.