- Planeó con presidentes del Alba armar un escándalo en la Cumbre, pero Insulza dice que quienes pensaban así salieron defraudados
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Notas Relacionadas > El segundo de los tres días de la V Cumbre de las Américas terminó ayer con un espíritu de armonía, a pesar de las diferencias políticas sobre la declaración final que debe ser aprobada hoy y a la que se oponen los países del bloque de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), entre ellos Nicaragua, en reclamo por la exclusión de Cuba.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, estimó anoche que la Cumbre se caracterizó por “la buena voluntad y el mucho consenso” y dijo que “los que pensaban que esto iba a ser una pelea y una gritería, han salido defraudados; si alguien hubiera querido se habría producido”, tras negar que Cuba monopolizó la Cumbre.
El 14 de abril, el presidente Hugo Chávez dijo en Caracas que asistiría a la Cumbre de las Américas en Puerto España con la intención de orquestar el coro antiestadounidense. “La artillería nuestra se está preparando”, advirtió entonces y anunció que allí iba a “exigir que el imperio que dirige (Barack) Obama levante el bloqueo a Cuba”.
Sin embargo, ayer hasta el presidente de Ecuador, Rafael Correa, admitió que la presencia del presidente estadounidense, Barack Obama, en la Cumbre ayuda a reconstruir la confianza de la región hacia Estados Unidos.
“El mayor beneficio que deja esta Cumbre es un diálogo abierto. Es muy positivo para la región que se limen asperezas”, dijo Correa en una conferencia de prensa al terminar la segunda sesión plenaria de la Cumbre.
Insulza quiso zanjar el tema de Cuba al recordar que en la próxima Asamblea General de junio en San Pedro Sula, Honduras, la OEA debatirá la derogación de la resolución que en 1962 suspendió a Cuba como miembro, pero aclaró que corresponde a La Habana solicitar después su reingreso si así lo quiere. Una petición de reintegro por la que hasta ahora Cuba ha mostrado desdén, con duras críticas a la Organización que sugiere mejor desaparecer.
Para Insulza, en esta Cumbre se “ha notado un nuevo espíritu muy positivo (…), hay esperanzas de un nuevo futuro en América Latina y el Caribe, y la elección de Obama (como presidente) ha contribuido poderosamente”.
LOS SALUDOS DE OBAMA
Obama, el primer mandatario estadounidense afrodescendiente, se impuso con diplomacia en la Cumbre americana, que es su primer encuentro con los líderes del continente tras una visita ráfaga a México, que también fue la primera de su vida a América Latina.
Con algunos apretones de manos y un discurso, Obama dio a entender que está dispuesto a hablar con todos, aunque no en cualquier término. El mandatario intercambió apretones de manos con grandes críticos de las políticas estadounidenses, como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien le regaló una edición en inglés del clásico de la izquierda, Las venas abiertas de América Latina, del uruguayo Eduardo Galeano; de Nicaragua, Daniel Ortega y de Bolivia, Evo Morales.
También, Obama dijo que está dispuesto a dialogar con Cuba, bastión histórico de la resistencia a la potencia norteamericana, pero con la condición de que ese diálogo sea productivo.
Obama y Chávez se saludaron muy cordialmente. Y en una inesperada vuelta de tuerca, tras haber escuchado severamente las críticas a Estados Unidos, Obama dijo a sus colegas, cortés pero firmemente, que si Estados Unidos cometió errores y si acababa de ofrecer un diálogo de igual a igual, no es necesario aprovechar la ocasión para llevar las críticas demasiado lejos.
La intención de Obama en Puerto España era diluir la fuerte corriente anti-estadounidense que recorre Latinoamérica, pero este esfuerzo corría el riesgo de ser eclipsado por las diferencias respecto a Cuba y por la interacción entre Obama y Chávez, cuyas diatribas contra el ex-presidente George W. Bush han permanecido en los anales de esta clase de reuniones.
FUE OBAMA QUIEN HABLÓ
La Casa Blanca había indicado que Obama no esquivaría a Chávez si éste lo hubiera requerido. Y, en efecto, en la apertura de la Cumbre, Obama dio la mano a Chávez, así como a Ortega y a Morales.
Aunque ayer un funcionario de la Casa Blanca suministró un informe algo distinto de la presidencia a la difusión del saludo entre Obama y Chávez, hecho por la presidencia venezolana, según la cual Chávez dijo: “Con esta mano hace ocho años yo saludé a Bush. Quiero ser tu amigo”. Pero el informe del estadounidense mostraba a Obama diciendo: “Hola, me quiero presentar” y “luego se dieron las manos. El presidente Chávez habló y entonces, como dije, el presidente Obama sonrió y volvió a su lugar en la fila”.
Además, interrogado por un periodista que le preguntó más tarde qué es lo que había dicho a Chávez, Obama respondió: “Le dije: ¿Cómo estás?”, en español.
Chávez no figuró entre los oradores de la ceremonia de apertura. Dejó en manos de su colega Ortega la tarea de pronunciar una filípica anti-estadounidense de cerca de una hora. Sobre la que luego comentó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, diciendo que a la hora de hablar de una nueva era en la relación, “las acciones hablan más alto que las palabras, aunque las palabras vengan en rachas de cincuenta minutos”.
Y la respuesta de Obama a Ortega fue más clara, sostenida con el resto de su desempeño en la Cumbre que concluye hoy: “Aquí estoy para lanzar un nuevo capítulo de compromiso que se mantendrá durante mi gobierno” e improvisó en su discurso agregando: “Estados Unidos cambió. No fue siempre fácil, pero cambió. Así que considero importante recordar a los líderes aquí presentes que no sólo Estados Unidos tiene que cambiar. Todos nosotros tenemos la responsabilidad de mirar hacia el futuro” y que “No podemos culpar a Estados Unidos de cada problema que se produce en el hemisferio”.
COMPROMISOS AMBICIOSOS
La jornada de ayer incluyó debates sobre la prosperidad humana, la seguridad energética y la gobernabilidad pública, según el portavoz de la Cumbre, el trinitense Felipe Noguera.
En los debates, los gobernantes se comprometieron a promover la prosperidad humana y disminuir los niveles de pobreza y desnutrición a la mitad para el 2015. Para ello se pidió al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revisar y coordinar todos los programas de erradicación de la pobreza para el 2010.
Asimismo, asumieron prevenir y erradicar para el 2020 el trabajo infantil y de eliminar el “trabajo forzoso” para el 2010, además de solicitar al Banco Mundial y al BID que dupliquen para el 2012 los préstamos dirigidos a las micro, pequeñas y medianas empresas.
En salud, se expresó el compromiso para aumentar el gasto público hasta un 5 por ciento del PIB para el 2015, mientras que un 1 por ciento del PIB deberá ir a investigación y desarrollo. También en educación, los países se plantean dos metas para el 2010: educación primaria universal y una tasa de educación secundaria de un 75 por ciento.
El borrador del texto se sigue discutiendo entre bastidores y países como Venezuela o Bolivia insisten en no firmarlo. Si hubiera un grupo de países que se niega a suscribir la declaración, una situación inédita en la historia de estas cumbres, ésta podría firmarse sin consenso o no firmarse, lo cual enturbiaría el balance de esta cita continental.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, resaltó que las discusiones se basan en materia energética y el “amplio consenso en la necesidad de un plan común de energía e intercambiar información al respecto”, al tiempo que minimizó las reservas del boliviano Morales sobre los biocombustibles al considerarlos una mera nota de atención sobre los problemas alimentarios que podrían traer.
También destacó la importancia que tuvo la recapitalización del BID, el mayor prestamista de América Latina que este año entregará créditos a la región por unos 18 mil millones de dólares.
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