- Se le acusa de matar y torturar
Con unas medidas de seguridad tan estrictas para el imputado como para los testigos comenzó el jueves el primer juicio en Argentina, en el que un sacerdote se sienta en el banquillo de los acusados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983).
Con un chaleco antibalas colocado encima de la vestimenta sacerdotal, rodeado de policías y detrás de un vidrio blindado, Christian Von Wernich empezó a ser juzgado por siete homicidios, 31 casos de torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad.
Las autoridades también han garantizado la seguridad de los 126 testigos convocados a declarar en este proceso, que reclamaron protección a raíz de la desaparición de Jorge López, quien dio un testimonio clave en el juicio contra otro represor de la dictadura y cuyo paradero se desconoce desde hace más de nueve meses.
El Presidente argentino, Néstor Kirchner, reclamó ayer que en el caso de Von Wernich, de 68 años, se “proceda como corresponde, sin venganza, pero con justicia y con toda la defensa que le corresponde”.
Von Wernich es juzgado por el Tribunal Oral Federal 1 de la ciudad bonaerense de La Plata, el mismo que en septiembre último condenó a prisión perpetua al ex policía Miguel Etchecolatz por homicidios, secuestros y aplicación de tormentos.
“Hablaba con los secuestrados, a cara descubierta y presentándose como sacerdote”, aseguró Carlos Zaidman, uno de los 70 sobrevivientes de la represión ilegal que darán su testimonio durante el juicio.
Von Wernich fue capellán de la Policía de la provincia de Buenos Aires.
El proceso contra Von Wernich comenzó con la lectura de la acusación en su contra, según la cual tuvo “una conspicua intervención en el denominado circuito Camps, donde se asesinó y torturó a personas”.
“No voy a declarar ni a contestar preguntas”, aseguró el acusado al presidente del tribunal, Carlos Rosanski.
La audiencia fue presenciada por miembros de organismos de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, funcionarios y algunos integrantes de agrupaciones que reivindican a la dictadura.
Varios sobrevivientes de la denominada “guerra sucia” que desató la dictadura han asegurado que Von Wernich, además de visitar cárceles ilegales, acompañaba a los escuadrones paramilitares que secuestraban personas y presenció fusilamientos.
Pero el sacerdote aduce que visitaba las comisarías para dar “apoyo espiritual” a detenidos .