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Este es el motor de plasma que construye el laboratorio Ad Astra Rocket en la ciudad de Liberia, en Costa Rica. La tecnología es futurista, pues un posible viaje a Marte está a unos 20 años o más de distancia en el tiempo. ( LA PRENSA/AFP/AD ASTRA ROCKET LABORATORY)

Un paso hacia el gran viaje a Marte

Un laboratorio espacial en Costa Rica prueba con relativo éxito un motor de plasma [doap_box title=”Un soñador” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] El estadounidense-costarricense Franklin Chang, de 57 años, es ingeniero mecánico y doctor en ingeniería nuclear. Durante su estancia en la NASA como astronauta realizó siete viajes al espacio exterior. Renunció a la NASA en 2005 para […]

  • Un laboratorio espacial en Costa Rica prueba con relativo éxito un motor de plasma
[doap_box title=”Un soñador” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

El estadounidense-costarricense Franklin Chang, de 57 años, es ingeniero mecánico y doctor en ingeniería nuclear. Durante su estancia en la NASA como astronauta realizó siete viajes al espacio exterior. Renunció a la NASA en 2005 para desarrollar su sueño del motor de plasma.

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Un laboratorio científico basado en Costa Rica ensayó durante más de tres horas ininterrumpidas un motor de plasma, un avance para un eventual viaje tripulado a Marte.

El motor fue disparado el pasado martes en el laboratorio Ad Astra Rocket y logró mantenerse estable por más de tres horas, con temperaturas de alrededor de 50,000 grados celsius, dijo a la AFP el director de Ad Astra Costa Rica, Ronald Chang.

Ad Astra Rocket, del astronauta costarricense Franklin Chang, funciona en Liberia, 250 km al norte de la capital de Costa Rica.

Tras este experimento, se prevé que en diciembre próximo el motor de plasma sea probado en una cámara al vacío en Ad Astra Houston, para luego iniciar la construcción de un motor que sirva para mover satélites y estabilizar estaciones espaciales con un costo mínimo en relación con los actuales.

El objetivo es que dentro de algunos años se pueda lanzar una nave tripulada hacia Marte, a donde —con un motor de este tipo— llegaría en menos de 40 días. Con los sistemas de propulsión actuales, además de que tienen un alto costo económico, se tardarían dos años.

“Se logró mejorar sustancialmente lo que habíamos alcanzado en diciembre”, dijo Ronald Chang, hermano del astronauta.

En diciembre pasado, los científicos que dirige Chang lograron mantener un disparo de plasma durante dos minutos, lo que marcó el inicio de la construcción de un motor.

Chang destacó la capacidad del laboratorio y de los científicos costarricenses para mantener durante varias horas el disparo estable del plasma.

Ad Astra estima que en diciembre próximo podría ser disparado el prototipo del motor en una cámara al vacío en Estados Unidos, y si se tiene éxito luego se procedería a construir un motor para probarlo en la Estación Espacial Internacional en el año 2009 ó 2010.

DIFERENTES MECANISMOS

Los cohetes a base de químicos queman el carburante y los gases son expelidos hacia atrás en grandes cantidades. Eso provoca una muy fuerte aceleración, pero en pocos minutos se consumen toneladas de combustible.

Los motores de plasma, en cambio, expulsan solamente algunos iones (átomos privados de un electrón y con una carga eléctrica), pero a más de 55,000 kilómetros por hora. La velocidad superior de salida compensa en parte la minúscula masa de material eyectado lo que deriva en una eficiencia superior.

Sin embargo, el motor de plasma tiene una aceleración muy pequeña, al punto de hacerlo inservible para despegar de un planeta. En cambio, es ideal para un viaje interplanetario, a partir de la órbita de un cuerpo celeste y donde ya no existe la fricción atmosférica.

Según los científicos, el motor de plasma está compuesto de tres celdas magnéticas: una fuente de plasma, un sobrealimentador que utiliza ondas electromagnéticas y una denominada tobera magnética.

UNA COSA DE FUTURO

“La fuente del plasma está constituida por la inyección principal de gas neutro (típicamente hidrógeno u otros gases livianos) para ser convertido en plasma y el sistema de ionización”, indica Ad Astra.

Luego, “el sobrealimentador” utiliza ondas electromagnéticas para energizar aún más el plasma y alcanzar la temperatura deseada, y la “tobera magnética” convierte finalmente la energía del plasma en empuje útil.

El viaje a Marte es una expectativa a varios años. “Eso podría realizarse en unos 20 años, no es para el futuro inmediato”, afirmó Ronald Chang.

Internacionales

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