Cuatro perros calientes para la nueva familia Shrek
Shrek Tercero
El estrés por la nueva familia, un reino qué administrar y una rebelión de los malos de los cuentos, es lo que caracteriza esta tercera entrega de Shrek, el ogro que hace años conquistó los corazones de los espectadores.
Aquí el gato con botas comienza a rebuznar y el burro a arañar, todo se vuelve al revés con Merlín, quien sufre una crisis nerviosa que lo ha llevado a refugiarse lejos de la ciudad para recuperar sus poderes que han quedado un poco limitados y atrofiados por la falta de uso. Y de las doncellas de los cuentos, ni hablar. Blanca Nieves, La Bella Durmiente, Fiona y Rapunzel se convierten en temidas luchadoras que se encargarán de enfrentar al Príncipe Encantador quien ha tomado el control del Muy Muy Lejano para quedarse con el trono. Lo que no sabe este grupo de chicas maravillosas, es que una de ellas será la traidora.
Y lejos, está Arturo, un joven aspirante a Rey que se pasa los días jugando a las batallas, tropezando por las calles y siendo el hazmerreír de su universidad donde nadie daría una moneda por él, pero que cuando llega el momento se convierte en el más valioso en recuperar la ciudad tomada por hordas de facinerosos al mando del Capitán Garfio y cientos de brujas.
Mientras, Shrek debe asimilar que pronto será padre y dejará atrás la vida tranquila y despreocupada para centrarse en formar una familia y buscar un heredero al trono que valga la pena.
Sin embargo, la multitud de personajes y la cantidad de tramas por resolver no dan abasto para que todos salgan en la pantalla dejando a un lado por ejemplo, a los ratones ciegos. Es un material de igual calidad y preocupación de las anteriores aunque con menos aspectos de comedia tal vez porque ocurren demasiado rápido.