- La responsabilidad no es de la escuela, ni de los maestros, es de la familia
Muchas son las ocasiones en que a través de los medios de comunicación, sobre todo televisivos, madres de familia expresan de forma reiterada no poder controlar la conducta de sus hijos, muchos de ellos metidos en las drogas y el alcoholismo, inclusive que bajos los efectos del propio consumo llegan a la violencia contra sus propios progenitores.
No quiero referirme a este problema en general, sino al caso particular de cuando el estudiante estando en la escuela decide no estudiar más y la mamá no puede hacer entender a su hijo, del por qué la necesidad de estudiar. Obviamente la gama de razones por la que un joven sano, estudioso, con buenos resultados académicos procedente de la enseñanza básica (primaria) que mantuvo un promedio excelente a lo largo de los seis años de estudio e inclusive siendo el más destacado de su grupo y año de estudio en el sexto grado, decide en noveno grado simplemente abandonar los estudios. ¿Causas? Cuando conversamos con la madre del joven en este sentido, expresó que si bien la habían llamado de la escuela, por algunos problemas de indisciplina de su hijo, ella y su esposo tenían limitaciones para asistir por su horario de trabajo a esas reuniones y que si bien ella se esforzaba, tratando con su esposo de alternarse en las reuniones de padres en la escuela, nunca concretaban y en definitiva, ahí estaban los resultados, “cero atención” a los problemas del hijo en la escuela.
Al “explotar” el problema de que el adolescente no quería continuar con sus estudios, siendo notificados por la directora del centro, el padre tomó la medida de conversar con el hijo, llamarle fuerte la atención, inclusive amenazarlo físicamente (craso error)… la responsabilidad no es de la escuela, ni de los maestros, es de la familia. Que debe existir una excelente comunicación familiar. ¿Lo hace usted papá o mamá?