Edgard Rodríguez [email protected]
Si José Ariel Contreras está listo o no, para lanzar en las Grandes Ligas, es un hecho que sólo se podrá averiguar en el propio terreno de juego.
Bueno, así es como se piensa tras la experiencia que vivió a inicios de temporada.
Después de imponer su dominio en Cuba, impactar ante los Orioles y devastar a sus rivales en el concierto mundial, todos pensábamos que debía iniciar en las Mayores. Y los Yanquis lo pusieron ahí, pero se descubrió que necesitaba hacer ciertos ajustes en las Ligas Menores.
De pronto su recta no se movió con la prisa de costumbre, y el resto de su arsenal tampoco hizo lo que está supuesto a hacer, mientras la mecánica se desajustaba y peor aún, la confianza se vino al piso. Eso obligó un descenso a las Menores y se levantó una gran controversia.
El debate ha girado sobre los 32 millones de dólares que los Yanquis acordaron por su firma y su vínculo con el equipo por los próximos cuatro años. ¿Los merece? Ahí ha estado el punto. Y ante la proximidad de su retorno a las Mayores, Contreras está consciente de ese reto.
De acuerdo con expertos, la dificultad ha estado en su mente y no en su escopeta. Un brazo capaz de lanzar rectas de hasta 98 millas como lo hizo en Triple A, no puede estar afectado. Pero existe un cierto interés, por ver si está pensando mejor ahora. Si ha alcanzado un equilibrio.
Al momento de debutar en EE.UU. Contreras traía una referencia y un reto.
El primero era el nivel exagerado de dominio que impuso en su país. “Hubo veces en las que dije hoy voy a ponchar a 15 en este juego. Y lo lograba”, señaló una vez. De pronto se percata de que en las Mayores no sólo no puede hacer eso, sino que es bateado con autoridad.
Y el reto ha sido probar que merece lo que gana. Eso significó una enorme presión que no pudo sobrellevar. No obstante, después de una pasantía en las Menores, en Nueva York esperan a un Contreras aumentado y corregido. En Cuba también. Y quizás aquí.