Edgard Tijerino M. [email protected]
Los Orioles de Hank Bauer enloquecieron Baltimore en 1966 barriendo a los Dodgers de Sandy Koufax, Don Drysdale y Claude Osteen, en una Serie Mundial que fue cerrada con tres blanqueadas consecutivas.
Era el equipo de Frank y Brooks Robinson, de Boog Powell y Paul Blair, del joven Jim Palmer, de Dave McNally, Moe Drabosky y Wally Bunker… Y también de Luis Aparicio y Dave Johnson.
En 1969, ya con Earl Weaver al timón de la nave, los Orioles regresaron a la Serie Mundial perdiendo con los Mets, y continuaron en 70 y 71 aprovechando el funcionamiento de un staff que llegó a producir cuatro ganadores de 20 juegos: Jim Palmer, Dave McNally, Miguel Cuellar y Pat Dobson.
Por largos años, Baltimore presentó un equipo altamente competitivo y de gran respeto, y después de avanzar a los Clásicos de 1979 y 1983 en la época de un Denis Martínez afectado por inconvenientes, regresaron a la postemporada con Mike Mussina en 1997… Un chavalo ubicado en las graderías del jardín derecho, Jeff Maier, fue clave para que los Yanquis los eliminaran.
En los últimos años han permanecido sumergidos en una mediocridad desoladora, debatiéndose entre la tristeza de haber sido y el dolor de ya no ser, distorsionando un poco el famoso tango argentino Cuesta Abajo.
Después de haberlos visto perder 95 juegos en 2002, uno piensa que difícilmente los Orioles podrán mejorar en este 2003, con Yanquis y Medias Rojas muy bien armados, y Toronto en plan de no ceder terreno en la tercera posición.
¿Qué es lo mejor de los Orioles? Esa es, sin duda, una pregunta de difícil respuesta, pero aparecen en pantalla algunas señales alentadoras como el brazo derecho del mexicano Rodrigo López, ganador de 15 juegos contra viento y marea con 3.57 en carreras limpias, segundo en la votación para Novato del Año en la Liga; las proyecciones de Jay Gibbons, un jardinero que conectó 28 jonrones; el probable crecimiento del lead-off Jerry Hairston, depositario de grandes expectativas; el aporte que se espera ofrezca Omar Daal como segundo abridor, y el establecimiento del relevista Jorge Julio después de 25 rescates en 2002.
Claro, no dejen de mirar a Tony Batista en su pretensión de empujar 100 carreras y conectar 40 jonrones.
El manager Mike Hargrove desaría tener un staff como aquel de Palmer, Flanagan, Denis y McGregor, que garantizaban la neutralización de la capacidad de agresión de los adversarios, pero debe conformarse con lo que tiene.
El infield, con Batista en tercera, Hairston en segunda y Deivi Cruz en el short, nada que ver con Brooks Robinson, Mark Belanger y Dave Johnson o Bobby Grich, todos con etiqueta de Juego de Estrellas.
Los días de esplendor y grandeza han quedado atrás, y todo Baltimore está claro de eso… Con 88, 98 y 95 derrotas en temporadas consecutivas, los Orioles han evitado ir a parar al sótano del Este en la Liga Americana, sólo porque a Tampa se le ocurre perder 100 o más juegos.
¡Cómo duele haber sido y ya no ser! Viendo a su equipo y la fortaleza de competidores como Yanquis y Medias Rojas, además del freno que representa Toronto, los ojos de Hargrove, seguramente deben cerrarse.
EL LINE UP
Jerry Hairston, de 26 años, (.268, 114 H y 21 BR) 2B y lead off; Gary Mathews Jr. (.276 con 95 H y 54 CA en 109 juegos), CF jugando todos los días por vez primera; David Segui (2 HR y 16 CE limitado a 26 juegos), 1B o BD; Jeff Conine (.273, 15 HR y 63 CE), BD o 1B; Tony Batista (.244, 31 HR y 87 CE) 3B; Jay Gibbons (.247, 28 HR y 69 CE) RF; Marty Córdova (.263, 18 HR y 64 CE) LF; Deivi Cruz (.263, 135 H y 49 CA con San Diego), Short Stop; Gerónimo Gil (.232 y 98 H en 125 juegos), receptor.
Rotación: Rodrigo López (15-9 y 3.57) entra a su segundo año como líder del staff; Omar Daal, que lanzó para los Dodgers (11-9 y 3.90) como número 2; Sydney Ponson, sin terminar de establecerse (4-10 y 6.34) estará detrás junto con Pat Hentgen y Scott Erickson o Jasón Johnson.
El derecho Jorge Julio, quien salvó 25 juegos, es el brazo de cierre en el bullpen, ayudado por Kerry Ligtenberg y el zurdo Buddy Groom, funcionando como relevista larg