14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Frank Bendaña muestra las plantaciones de árboles logradas en los últimos años en su hacienda cafetalera de 280 manzanas. (LA PRENSA/J.P.Aragón)

“Sentimos miedo de compartir”

Es un apasionado del campo, donde ahora reside permanentemente. Fue el primer doctor en Fisiología Vegetal del país y se ha dedicado de lleno a reforestar sus fincas cafetaleras. Frank Bendaña no esconde su porte capitalista, pero también critica la falta de solidaridad que mantiene la sociedad nicaragüense. Si alguien sabe de café en este […]

  • Es un apasionado del campo, donde ahora reside permanentemente. Fue el primer doctor en Fisiología Vegetal del país y se ha dedicado de lleno a reforestar sus fincas cafetaleras. Frank
    Bendaña no esconde su porte capitalista, pero también critica la falta de solidaridad que mantiene la sociedad nicaragüense. Si alguien sabe de café en este país, es él, al punto que está elaborando el primer compendio de este tipo.

Gustavo Ortega Campos [email protected]

El nombre de Frank Bendaña, es muy reconocido entre el sector empresarial en general y el cafetalero en particular. La primera referencia que hacen de él es que es quizás la persona que más sabe de caficultura en Nicaragua, y al conocerlo esto se confirma.

Esta entrevista se realizó en su hacienda cafetalera “El Quetzal”, ubicada a unos 20 kilómetros de Matagalpa, un sábado de enero, cuando la temperatura hace tiritar de vez en cuando a cualquiera.

Corpulento y de unos seis pies de altura, jovial, franco y un tanto iconoclasta, Frank Bendaña, de 67 años, de vez en cuando se mofa de su padecimiento reciente: Mal de Parkinson, el cual no le ha reducido en lo más mínimo su calendario de actividades ligadas a su finca y su pasión por las ciencias agropecuarias.

Nacido en Nueva York, carga consigo sangre lituana, por parte de su abuelo materno. Su madre, hija de emigrantes, conoció a Francisco Ramón Bendaña, un nica nacido en Granada que se fue a Estados Unidos en los años 20 en pos del sueño americano y así formaron la familia de siete hijos, donde Frank es el mayor de los varones.

A los 12 años, vino a Nicaragua por decisión familiar, luego que su padre obtuvo un puesto en la empresa Canada Dry, de Carlos Cardenal, y según rememora, fue la primera compañía que vendió agua purificada en Nicaragua.

¿Y qué pasó, ya no regresó a su natal Estados Unidos?

Pues me enamoré de Nicaragua, me enamoré de las mujeres de Nicaragua, en especial de mi esposa, y lo novedoso es que a ella no la conocí aquí sino en Honduras, cuando yo era estudiante del Zamorano.

De esa época existe una fotografía que está junto al comedor de la fresca casa hacienda de la finca cafetalera, junto a muchas otras fotos que están colocadas en varios puntos. Ahí aparece Frank en un grupo de futuros agrónomos con el uniforme del Zamorano y la que sería su esposa, Teresa McEwan.

“Ella era novia del club de Leones de Matagalpa y fue a una convención centroamericana, al año nos volvimos a ver aquí en Managua, yo ya estaba graduado, me gané una beca a Estados Unidos, nos enamoramos, nos casamos y fuimos lo suficientemente audaces y locos para irnos solos con una beca para subsistir”, rememora.

En ese ínterin, dice que obtuvo el doctorado en Fisiología Vegetal, con lo que logró la hazaña de ser el primer nica con ese título profesional. Al regreso empezó a impartir cátedras en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) de León, pero se retiró a la mitad de su contrato de dos años, según señala “por diferencias políticas con la universidad”.

Ahí fue que empezó en el mundo de los negocios e instaló la empresa de Agroquímicos Fertica en Nicaragua y Honduras, a la que se dedicó hasta 1981.

A usted se le conoce como uno de los empresarios privados más críticos del gobierno sandinista…

Yo tuve que salir de Nicaragua por petición del Ministro del Interior, don Tomás Borge.

¿Y por qué esa peculiar solicitud?

Supuestamente yo hacía política, la verdad es que no concordaba con esas ideas, con el cooperativismo estatal que ellos promovían, pues yo junto con Jorge Salazar (q.e.p.d.), promulgábamos el cooperativismo privado, nosotros fundamos la Cooperativa Central de Cafetaleros de Matagalpa, la que llegó a tener 7,000 miembros.

Además de las fotos familiares, este personaje destaca una en particular que tiene colocada en el centro de la casa, es la de Jorge Salazar, dirigente de la cúpula empresarial, asesinado a inicios de los años ochenta en El Crucero y a quien recuerda como su mejor amigo.

“Nosotros éramos una fuerza económica y por lo tanto política, desgraciadamente Jorge (Salazar), fue muerto, asesinado, y a los seis meses de eso el gobierno me dijo que no podía estar en el país como estadounidense y que tenía que nacionalizarme y pasé entonces al limbo y me expulsaron”.

¿Entonces regresó a Estados Unidos?

Por poco tiempo. Regresé a los cinco años como director de mercadeo a nivel latinoamericano de una firma dedicada a la comercialización de insumos agropecuarios y veterinarios. De ahí fui a Honduras como consultor privado, trabajé con la AID (Agencia Internacional para el Desarrollo), estuve seis años viajando a El Salvador y después en Nicaragua.

Ya para esta época, en 1990, los Bendaña empezaron a recuperar sus propiedades confiscadas por el gobierno sandinista, entre ellas la finca que fue la sede de esta entrevista, “la encontramos deteriorada y en el primer año la gente que encontramos aquí decidió tomársela y no pudimos recuperarla sino hasta seis meses más tarde”.

Desde ese momento dijo que han empezado a rehacerla, junto a la finca vecina, “El Paraisito”, que forman parte de los bienes familiares.

El orgullo de Fank Bendaña es que estas fincas se están caracterizando por su peculiar foresta, que ha sido una tarea en la que se ha involucrado personalmente. “Vivimos conscientes de nuestras obligaciones sociales y nuestras obligaciones con el medio ambiente”, señala.

La finca cuenta con una vasta variedad de plantas y árboles, además de viveros que están garantizando la diversificación de la flora.

¿Y qué pretende con esto?

Pues nuestra diversificación va a ser hacia la producción de madera, de leña, de carbón vegetal, con gente que está acostumbrada a vivir en este ambiente, en este bosque, en esta selva preciosa pero que desgraciadamente nosotros mismos la estamos desbaratando. Hoy en día por decisión propia hemos sembrado alrededor de 75,000 árboles.

Bendaña, tras rememorar sus inicios dice que quiere seguir haciendo historia, y ahora está metido en el proyecto de elaborar un compendio completo de la caficultura nacional, por lo que le puede ver en su estudio que está a punto de terminar de construir, con una gran cantidad de libros y folletos, todos casi aprendidos de memoria sobre el tema.

Pero también está trabajando en convertir a su finca en un centro de experimentación para los futuros agrónomos.

El café ha sido una de sus principales pasiones…

Yo comencé a estudiar parte del café desde que estaba en el Zamorano, de eso ya hace 50 años, y publiqué mi primer artículo sobre el café en el año 1959. He trabajado en cosas que nunca se han hecho antes en la caficultura.

¿Por qué cree que los otros productores no han podido hacer esto, la mayoría le ha ido muy mal?

Yo he tenido la suerte de estar expuesto a un mundo mucho más grande, un profesionalismo más extenso, más amplio, además de los trabajos que he ejecutado, por 20 años he sido miembro de la junta directiva de la Escuela Agrícola Panamericana del Zamorano, que ha sido única en su género y he sido miembro de la junta de presidentes del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), todo esto me ha dado más oportunidad, he sido una persona que he visto más.

Pero por otro lado han fallado las políticas gubernamentales, ¿pero por qué? Porque la mayoría de nuestra gente, de nuestros gobernantes no han visto esa visión de futuro. Yo nunca vi hambre, ni desnutrición en Nicaragua, hasta en los últimos 20 años… aquí lo que podía haber era malnutrición, pero comida había. Igual la hospitalidad nicaragüense se ha cerrado, hemos temido, no sé de qué, creo que no tenemos que preocuparnos, somos muy pocos nicaragüenses para tanta riqueza.

Pero yo recuerdo que Acahualinca y la pobreza rural ha estado ahí desde hace más de 20 años y ahí estaba el hambre y la pobreza…

Si vamos a hablar de hambre, te lo acepto en los grandes centros urbanos, no sólo en Centroamérica, sino en el mundo entero, pero en el campo siempre hemos tenido comida, siempre hemos tenido un techo sobre la cabeza, tal vez existían los problemas de salud, de analfabetismo… Todos teníamos y compartíamos, eso se ha perdido, sentimos miedo de compartir.

¿Cómo surge su marcada diferencia con el sandinismo?

Yo fui crítico del Plan Conarca (Renovación de Cafetales) en Carazo, desgraciadamente predije los resultados, tengo aún la presentación que hicimos Jorge Salazar y yo en el Colegio La Inmaculada en Diriamba, aquí no teníamos ese problema pero fuimos a explicarlo allá, y eso molestó porque había intereses creados tratando de querer encontrar defensa contra la roya usando fondos que venían de afuera que ayudarían que esto se hiciera contra viento y marea, pero eso significó el enriquecimiento de muchos.

Conarca nace con Somoza, cuando se descubre en noviembre de 1976 la roya, y algunos pensamos que había que tratarla convenientemente de acuerdo a los conocimientos que teníamos, pero en los ochenta había otros que decían que había que erradicarla, o sea muerto el perro, muerta la rabia, a arrancar todos los cafetales. Pero con eso no sólo le quitabas el trabajo a toda la zona, sino que afectabas el Medio Ambiente y eso sucedió.

¿Fue entonces esa crítica la que lo “coloreó”…?

Hubo un gran distanciamiento con el nuevo gobierno con esto. Después las cosas se fueron tensionando, pues fui dirigente gremial de organizaciones que no eran afines al gobierno de la época.

De repente la entrevista concluyó sin decidirlo porque su padecimiento le estaba afectando la fluidez en la locución, pero eso no impidió que de inmediato se incorporara a una sesión de catación de café de las variedades que producen sus fincas, “lo hago para ver cómo vamos”, dijo categórico.

El hijo viceministro

Bendaña tiene cinco hijos, tres varones y dos mujeres. El cuarto de la familia, Roberto, ocupa actualmente el cargo de viceministro Agropecuario y Forestal, algo que lo llena de orgullo, pues dice que confía en él plenamente.

Usted tiene un hijo viceministro. ¿Usted lo asesora, lo guía y le señala cuándo las cosas andan mal?, él dirige las políticas del agro, cree que van bien o van mal?…

¿Quién el gobierno o mi hijo? (Risas). Él es una parte del gobierno, yo no creo que nadie en su mente sana esté queriendo dañar a Nicaragua, con muy pocas excepciones en los casos que hemos visto, hay gente que ha querido abusar en detrimento de otro… creo que todos tenemos que poner de nuestra parte.

Asegura que no puede darle al hijo funcionario la “formulita mágica” por respeto a su profesionalismo e inteligencia.

“Qué pasa si yo le digo: ¡Roberto vos debés hacer esto!, primero no puedo hacerlo, y segundo, el mundo ha cambiado, y uno por mucho que quiera cambiar no cambia a la misma velocidad, he ahí la diferencia entre evolución y revolución: es una letra: rápido, rapiña y robo”.

Dice que mantienen una relación permanente y lo considera una persona “muy sensata, muy ecuánime, mucho más de lo que soy yo, yo tiendo a ser más dogmático y pragmático, tal vez por mi influencia académica, porque he vivido más o porque los viejos nos volvemos cascarrabias”.

Su pragmatismo dice que va amarrado con la posibilidad económica de triunfo, “el fin mío sigue siendo totalmente capitalista, si algo no va a ser rentable, no vale la pena. Pero esto no quiere decir que no se van a hacer obras que no son rentables”.

Aquí citó la clínica, la escuela y la guardería instalada en la hacienda como ejemplo.  

Economía

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí