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La euforia paridad euro-dólar

Guillermo Cárdenas Montalván El presente siglo está empezando con sorpresas relevantes tanto así que ya se está marcando la diferencia entre esta primera década y la última década del siglo pasado. En días anteriores el mundo financiero quedó estremecido cuando el euro logró la paridad con el dólar, esto provocó reacciones en cadena que van […]

Guillermo Cárdenas Montalván

El presente siglo está empezando con sorpresas relevantes tanto así que ya se está marcando la diferencia entre esta primera década y la última década del siglo pasado.

En días anteriores el mundo financiero quedó estremecido cuando el euro logró la paridad con el dólar, esto provocó reacciones en cadena que van desde el pánico en algunos inversionistas y empresarios que se rigen bajo esta moneda, hasta satisfacción y euforia en otros en este caso los europeos. El hecho de que hoy el euro figure junto al dólar y el yen como parte de las monedas fuertes para las diferentes transacciones en los mercados mundiales, ha sido producto de una ardua labor a la cual se han sometido los europeos a través de los años, empezando por el tratado de Roma en 1957 la cual pretendía contribuir a una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos, pasando por el acta Unica Europea de 1986 y el tratado de la Unión Europea en 1992 dándole forma con la creación de la Unión Económica y monetaria que finalizó con la creación e implementación de la moneda única para Europa el hoy famoso y controversial euro.

Hasta la fecha el euro ha llenado las expectativas de los estados de la unión el lograr una sola moneda para el continente ha ayudado a la libre circulación de personas, de los servicios, capitales y diferentes mercancías. Además el euro cuenta con significativas ventajas sobre el dólar y el yen en cuanto a, población, con más de trescientos millones a distribución mundial del Producto Interno Bruto (PIB), con casi el 16 por ciento y en distribución del comercio mundial con un poco más del 30 por ciento.

Aunque el euro haya alcanzado la paridad con el dólar y que inclusive lo superara en determinado momento no significa que éste alcanzara su plenitud ni tampoco representa una amenaza alarmante para el patrón dólar, puesto que el tipo de cambio de una moneda se determina por el equilibrio de la oferta y la demanda de divisas la cual estará determinada por la cantidad que tenga que pagar un país a otro como una relación recíproca, esto determinaría que la paridad del euro con el dólar en días anteriores responde más que todo a una operación de bolsa en la que se compra una plaza a un valor e inmediatamente se vende en otro valor aprovechando la diferencia.

El resto de la presente década será de mucha importancia para medir la fortaleza del euro y qué profundidad de confianza puedan tener los inversionistas no europeos que les gustaría explorar nuevos mercados practicando el principio de reducir los riesgos de su cartera comprando acciones de todo el mundo. El comercio y las finanzas internacionales está relacionados con las cosas más controvertidas de la actualidad, de tal forma que a los países les resulta beneficioso participar en el comercio internacional por diferentes razones tales como; las diferencias regionales respecto a las condiciones de producción, por los costos decrecientes de producción y por las diferencias de gustos, para lo cual el sistema financiero internacional debe garantizar una corriente continua de dólares, euros, y yenes para no poner en peligro el mercado, esto indica que desde el punto de vista económico ningún país es una isla autónoma.

El euro tendrá que pasar duras pruebas que ya ha podido soportar el dólar para ello recordemos, que después de la segunda guerra mundial, las paridades de los tipos de cambio se fijaban en dólares y las reservas privadas y oficiales se mantenían en dólares, la economía mundial prosperó durante este período, las economías de los países de Europa Occidental y del Este de Asia se recuperaron de los daños causados por la guerra y crecieron de forma asombrosa a tal grado que Alemania y Japón registraban superávit comercial, mientras que la sobrevaloración del dólar, los déficit comerciales y las crecientes inversiones extranjeras de las empresas norteamericanas provocaron déficit en Estados Unidos, la población empezó a perder confianza en el dólar, cambiando esto con la reducción de las barreras de movimientos de capital se temía que millones de dólares se alojaran en el viejo continente. Para contrarrestar esto en 1971 se abandona la relación dólar-oro (Sistema Bretton Woods) y a partir de entonces los estadounidenses ya no convierten dólares en otras monedas, ya no fijan una paridad oficial del dólar, defendiendo este tipo de cambio a toda costa.

Al ponerle fin al sistema de Bretton Woods el mundo empieza la era moderna de los tipos de cambios flexibles dirigidos, donde los países compran o venden su moneda para reducir la volatilidad de las fluctuaciones, donde los tipos de cambio favorables eliminan una serie de restricciones pero imponen el duro fallo de los mercados sobre el verdadero valor de una moneda. En la actualidad los actos terroristas del 11 de septiembre y los escándalos financieros de las empresas norteamericanas le están propinando una dura prueba a la economía estadounidense y al dólar mismo, donde las exigencias de los mercados mundiales hace perder la confianza y perfilarse en otra dirección de tal forma que todo se ha combinado para permitirle al euro igualarse al dólar. Pero aún con todo y la paridad, dentro de la competencia de las monedas para las diferentes transacciones, la hegemonía del dólar es relevante e impactante puesto que para competir hay que poseer dos condiciones fundamentales una de ella es el respaldo que garantice confianza y la otra es la capacidad de sostener y mantenerse dentro del sistema financiero internacional. El dólar ha demostrado que su mayor respaldo es el pertenecer a una sola nación, poseer una misma cultura, un mismo objetivo y sobre todas las cosas algo que diferencia a los norteamericanos del resto del mundo el sentido amplio de su nacionalismo el cual se ha puesto de manifiesto en momentos cruciales que refleja la historia. Habría que ver si el euro podrá afrontar la diferencia de culturas, la diferencia de objetivos y lo más grave aún, la abismal diferencia económica de sus estados asociados.

Dentro de todo esto existe un asterisco muy importante el hecho mismo de que el Reino Unido es una de las potencias mundiales y pertenece al continente Europeo pero no es un estado asociado para la circulación del euro, los ingleses no están dispuestos a perder la hegemonía de su libra esterlina, esto para muchos no representa mucha importancia, pero es evidente que le resta fuerza, tanto fuera y dentro de su propio continente.

Esto es apenas el principio, dentro del sistema financiero internacional el euro estará frente al dólar y al yen, donde serán los mercados los que determinarán su verdadero valor.

El autor es economista y profesor de Economía de la Universidad de Occidente, León.  

Economía

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