Juan C. SarmientoCorresponsal/[email protected]
A causa de un balazo que recibió en la garganta, el joven campesino Matías Rocha Salgado, de 22 años, murió a las dos de la tarde del lunes 25, cuando los médicos del hospitalito de Río Blanco hacían esfuerzos para mantenerlo con vida.
Ángel Gómez Pérez, de 33 años, dijo ante la Policía de esa localidad que él, el difunto y su presunto victimario, alguien a quien identificó como Uriel López González, de 30 años, se divertían en una cantina del poblado de Ubú Norte, municipio de Paiwas, en donde todo se originó debido a una discusión entre los dos últimos.
Después de varias horas de parranda, los dos amigos comenzaron a discutir en presencia de Ángel, quien dijo que presenció cuando Uriel sacaba un revólver calibre 38 y le efectuaba cinco disparos a su víctima, de los cuales logró impactarle dos: uno en la garganta, y otro en la mano izquierda.
Herido de muerte y sangrando a borbotones, Matías fue trasladado de inmediato al pequeño hospital de Río Blanco, en donde los médicos hicieron todo lo posible para que sobreviviera y poder trasladarlo hacia el hospital de Boaco, pero falleció momentos después.
En la misma cantina en que se registró el crimen, miembros de una patrulla policial que se encontraban cerca y se movilizaron hasta ella, capturaron a Uriel López González, a quien además ocuparon el arma que utilizó para cometer el homicidio.
CASI SE QUEDA COJO
Por una mujer, dos amigos que poco antes se encontraban en el Bar Filomena, en Muy Muy, protagonizaron una tremenda trifulca en la que uno de ellos llevó las de perder, pues resultó con lesiones en diversas partes del cuerpo, además de una profunda herida en su pierna derecha.
Eran las nueve de la noche del mismo lunes, cuando del mencionado bar salieron con sus buenos tragos entre pecho y espalda Alberto Gutiérrez Rodríguez, de 27 años, y su amigo Oscar García.
Este último comenzó a hablar mal de una mujer, en tanto Alberto salía en defensa de la misma, lo cual no le pareció a su compañero de largas horas de parranda, por lo que ambos comenzaron a discutir fuertemente.
Oscar se cansó de la defensa que hacía su amigo sobre la mesera que atendía el bar, y de las palabras pasaron a los puñetazos y patadas, hasta que desenvainó el filoso machete que andaba y le asestó tremendo filazo que por poco le cercena la pierna derecha.
ESTABA CALLADITO
La Policía informó el hallazgo del carro Toyota placas 207-439, que fuera robado hace más de 15 días al señor Jorge Rizo, después que éste les dijera el lunes que había recibido una llamada telefónica en la que un amigo le notificaba que el vehículo, propiedad de Daniel Avilés, había sido localizado el día anterior en la ciudad de Tipitapa. Las autoridades no precisaron las razones que tuvo Rizo para mantener silencio durante tanto tiempo.