- Nadie quiso comprar las plantas generadoras de energía de Enel
Noel Hernández Ramos [email protected]
La Empresa Nicaragüense de Electricidad (Enel) fracasó dos veces en sus intentos por privatizar las empresas de generación eléctrica que aún están en manos del Estado, y cuya privatización fracasó de igual manera en octubre del año pasado.
En agosto de este año, el desinterés por parte de los inversionistas internacionales provocó que los tres oferentes que preclasificaron para competir en la venta decidieran no presentar oferta de compra por las seis plantas generadoras de electricidad más importante del país.
Los oferentes fueron Hidroquebec, de origen canadiense, así como Enron y una empresa llamada AES, ambas de origen estadounidense.
NI AL FIADO LAS QUISIERON
Estos mismos oferentes participaron por tercera vez en otro proceso de venta, que se efectuó en octubre, y que al final dejó los mismos resultados a pesar de que el Comité de Privatización flexibilizó las condiciones de venta fijando el pago inmediato del 50 por ciento de las acciones, y el resto en cuotas pagaderas durante cinco años.
Esta vez las autoridades de Enel adujeron el fracaso a la recesión que provocaron los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, actualmente el proceso está en espera de realizarse por cuarta vez el próximo año.
ENITEL SE VENDIÓ CONTRA VIENTO Y MAREA
Contrario a lo que sucedió con las plantas eléctricas, la privatización de la Empresa Nicaragüense de Telecomunicaciones ocurrió de manera favorable para el gobierno en su segundo intento de privatización, en agosto de este año.
El 40 por ciento de las acciones, más el contrato de administración fueron adjudicados al consorcio hondureño-sueco Swdtel AB-EMCE, en medio de una controversia que protagonizó la Alcaldía de Managua, la cual embargó los bienes de Enitel por alegar que ésta le debía más de 35 millones de dólares en concepto de impuestos.
El consorcio hondureño-sueco fue el único que participó en la venta, y ofreció 83 millones de dólares por las acciones y el contrato de administración.
La decisión de privatizar o no quedó al final en manos de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que al final finiquitó la legalidad de la venta. Las acciones y la administración de la empresa fueron entregadas este mes.