- Bomberos insisten en controlar a los vendedores de pólvora y enumeran las disposiciones que los vendedores habrían incumplido
- Admiten que no pueden tener
un camión en cada puesto
Juan Rodríguez [email protected]
Salvador Gallo, jefe del Departamento de Prevención de Incendios de la Dirección General de Bomberos, aseguró que no es viable la petición de los comerciantes de pólvora de mantener unidades de bomberos de forma permanente en los sitios donde ellos hacen sus negocios.
La petición que los comerciantes de pólvora de Managua han hecho a los bomberos a raíz del último incendio el pasado nueve de diciembre, no es viable para los apagafuegos porque tendrían que destinar por lo menos 12 unidades y más de 60 hombres a los puestos de venta, hecho que dejaría descubiertos otros sectores, explicó Gallo.
¿Y SI LO PROHÍBEN?
Dijo que estos comerciantes tienen terminantemente prohibida la venta de silbadores y los siguen vendiendo; hacer pruebas de productos en el área de venta y las hacen; que se parqueen vehículos frente a los tramos por alguna chispa, y lo permiten, indicó.
Asimismo, se les recomendó que las transacciones deben hacerlas sólo en las horas del día, y que sólo tuvieran una pequeña cantidad de producto en exhibición, y han hecho todo lo contrario: han violado sistemáticamente estas disposiciones y otras.
El apagafuego dijo a título personal que en Nicaragua debería prohibirse el uso de pólvora como ya es restringido en otros países del área.
“Si tocamos este tema estaríamos entrando con un problema cultural de los nicaragüenses, que para todo usan bombas caseras y otros peligrosos explosivos, que si no los matan, dejan mutilados o quemados dramáticamente a quienes usan la pólvora de forma irresponsable”, añadió.
“Los bomberos no tenemos la fuerza coercitiva contundente para hacer cumplir estas disposiciones de seguridad, tampoco para decomisar el producto”, se lamentó Gallo.
DESCUIDO E IRRESPONSABILIDAD
Reveló que los días 7, 8 y 9 de diciembre se produjeron cinco incendios producto de la pólvora, y que todos ellos tuvieron que ver con la mala utilización de la peligrosa sustancia.
“El incendio de Santo Domingo ocurrió porque los vendedores de este sector presuntamente estaban realizando pruebas de los artefactos pirotécnicos, y esto causó el siniestro de los siete tramos con toda su mercadería”, manifestó el jefe del Departamento de Prevención.
Gallo explicó que oficialmente en el sector de la Iglesia de Santo Domingo, en las inmediaciones del Mercado Oriental, se otorgó permisos a 16 comerciantes, pero éstos irresponsablemente han llevado a otros familiares ilegales.
“Éstos, al igual que los primeros, no cumplen con las obligaciones que tienen que hacer para evitar siniestros”, insistió el bombero.