- Cifran esperanzas en el turismo y pretenden resolver problema
de transporte
María Antonia López M. [email protected]
El crecimiento ha sido paulatino. Diez años han pasado para que este municipio ubicado en la “colita” este del Río San Juan, tenga un lento desarrollo urbano y sus habitantes cifren sus esperanzas en la industria turística como una forma de salir del letargo en el que se vieron sumidos por mucho tiempo.
Alejandro Cowlson, alcalde de San Juan del Norte o San Juan de Nicaragua como le dicen en estos tiempos, indicó que tienen como meta fundamental resolver el problema del transporte fluvial durante todo el año, el cual se complica aún más cuando el río en verano baja su caudal.
El edil informó de un fondo que están obteniendo de la Unión Europea para las Alcaldías, y que el Consejo Municipal pretende utilizarlo para la instalación de un medio de transporte que reúna las condiciones necesarias.
Actualmente, un bote de pasajeros desde San Juan hasta San Carlos, cuesta 320 córdobas para recorrer sobre agua un poco más de 100 kilómetros.
El desembolso se ha retrasado un poco debido al cambio de la moneda en la Unión Europea, indicó Cowlson, pero no han obviado la realización del proyecto previsto para noviembre del 2002.
RESTRINGEN MIGRACIÓN
La inversión prevista es de unos 74 mil dólares, con lo cual se adquiría un medio de transporte con capacidad para 60 personas, y el valor del pasaje se reduzca a unos 100 córdobas por persona.
Este poblado ya cuenta con un centro de salud, escuela, energía eléctrica por la noche, agua potable de forma regular, y están buscando la señal satelital para tener acceso a dos líneas telefónicas que serían administradas por la Comuna.
La población es de 1,685 habitantes y no todos son personas natas de lugar, pero se han ido habituando a esas condiciones de vida, incluso a realizar sus transacciones comerciales con el colón tico y el córdoba nicaragüense.
La mayoría de pobladores viven de la pesca, aunque ya se construyeron 25 viviendas que fueron entregadas a personas repatriadas desde Costa Rica en los años 90, cuya intención es tener acondicionada una habitación independiente con derecho a desayuno, a fin de generar ingresos para la familia y pagar el valor de la casa calculado en 6 mil dólares.
El alcalde advirtió que debido al interés turístico que está empezando a despertar el municipio, ya no está permitiendo el asentamiento de nuevas familias para evitar la presión socioeconómica sobre los recursos naturales de la zona.