- Agua cubre hasta el cuello a los pobladores de Lamlaya y otras comunidades de Puerto Cabezas
Amalia Morales yBenjamín [email protected]
A sólo diez minutos de Puerto Cabezas está la comunidad de Lamlaya. Después de cuatro días de lluvias continuas el nivel del agua sobrepasó el piso de tambo de las viviendas y la gente empezó a salir de sus casas en cayucos o con el agua a la cintura o hasta el cuello.
Una de esas casas es la de Nena Joseph. Empujando un cayuco en el que venían sus hijos, doña Nena con las rodillas zambullidas en un río, contó que en su vivienda el agua aún le llega hasta el pecho.
“Seis días tengo de estar así con mis seis hijos”, afirmó. Eso incluye las noches, porque según ella no tiene dónde guarecerse. Tampoco tiene alimentos.
Joseph vive en la punta de Lamlaya, que normalmente es atracadero del Río Wawa, pero que ahora parece un brazo del mismo. Ahí se confunden camiones con botes y pangas.
PIERDEN COSECHAS
Armando Rodríguez, que observaba la inundación de Lamlaya mientras esperaba bote para Prinzapolka, dijo que en esas zonas la llena del río es menor.
Rodríguez, que es miembro del Consejo de Ancianos de Prinzapolka, contó que la cosecha de postrera, igual que la de primera, también desaparecieron bajo el agua.
Contó que en esa zona la gente ha estado “pasando” del maíz que distribuyó Acción Médica Cristiana y que donó el Programa Mundial de Alimentos (PMA), pero después no hay más “y el agua sigue”, afirmó el anciano.
Néstor Hunter, líder comunal, dijo que lo que más lamenta es la pérdida de sus cosechas porque eran el sustento de los próximos meses. “Aquí nosotros vivimos de plantación, ¿y qué vamos a hacer?”, se preguntó. Calculó que en el municipio se anegaron aproximadamente 500 manzanas de yuca, 250 de arroz y unas 300 de plátanos.
Aunque Defensa Civil aún no reporta casas destruidas por las lluvias, se calcula que unas 1,265 viviendas fueron afectadas por las aguas, de donde han salido miles de personas en busca de refugios destinados por las autoridades locales del Comité de Emergencia.
En Bilwi, el servicio de agua potable que de por sí es pésimo, ha empeorado aún más con las inundaciones y está cada vez más irregular. Aunque las comunicaciones vía teléfono aún se mantienen estables.
DENUNCIARÁN AL GOBIERNO
La licenciada Paula Rugama Navarrete, coordinadora del Centro de Derechos Humanos Ciudadanos y Autonómicos de la Costa Atlántica (Cedehca) en el municipio de Rosita, anunció que denunciarán ante foros nacionales e internacionales al gobierno de Arnoldo Alemán Lacayo, por irresponsable, pues no ha querido atender el llamado de S.O.S., emitido por el Comité de Emergencia de ese municipio.
“Los damnificados entre los que se encuentran mujeres, niños y ancianos, padecen sed y hambre. Algunos corren el riesgo de ser arrastrados por las corrientes de los ríos desbordados”, señaló.
“Si se producen víctimas, el gobierno sería el culpable por no asumir el rol que le corresponde ante esta situación de emergencia. La coordinadora del gobierno Regional de la RAAN, Alba Rivera de Vallejos, también se ha mostrado indiferente ante la catástrofe que se vive en las zonas inundadas”, dijo la activista de los Derechos Humanos.
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