- Vecino sólo pudo salvar al niño mayor
Jerónimo Duarte P.Corresponsal/NUEVA [email protected]
El incendio de una vivienda en esta ciudad terminó con la vida de una niña de apenas tres años, la noche del 24 de septiembre.
Investigaciones realizadas por los bomberos y la Policía de esta localidad, revelan que antes del hecho doloroso, la mamá de los pequeños, señora Damaris Sevilla Jarquín, de 23 años, salió de su casa antes de las ocho de la noche, dejando a sus dos niños dormidos, sin percatarse de que la candela que dejaba encendida sería la llama que terminaría con la vida de su pequeña, y con todos los enseres que había en la casa.
Jessil Selana Sánchez Sevilla, de tres años, dormía protegida dentro de un mosquitero. Su hermanito mayor, de nombre Félix Pedro Sánchez, de seis años, despertó llorando desgarradoramente al sentir que estaba quemándose.
INTENTÓ SALVARLOS
Un vecino cercano, de nombre Anastasio Soza Pérez, al escuchar los gritos del pequeño y ver fuego dentro de la vivienda, entró a la casa en llamas y rescató al niño mayor.
Anastasio ya no pudo volver a entrar para sacar a la niña, que quedó en la cama reducida a cenizas, junto con la ropa de cama, que se incendió y terminó con la vida de la menor.
El policía Róger Sánchez Reyes, padre de los pequeños, cumplía sus obligaciones resguardando el orden por la llegada del candidato sandinista, Daniel Ortega Saavedra.
La vivienda del matrimonio Sánchez Sevilla estaba construida con bloques y madera, pero la parte interior de la casa había sido forrada con papel periódico, lo que ayudó a que el fuego creciera más rápido.
VERSION PRELIMINAR
El teniente Francisco Morales, jefe de Investigaciones Criminales de la Policía, dijo que creen que la señora Sevilla Jarquín dejó una candela encendida en la base de concreto, y cerró la puerta. Cuando la candela se terminó, La gente acudió rápidamente para buscar cómo auxiliar a los pequeños, pero no pudo porque era demasiado tarde, y porque temían que explotara el tanque de gas.
La niña Jessil Selena Sánchez fue velada en la sede policial, y sus funerales fueron este miércoles en horas de la tarde en el cementerio central de Nueva Guinea.
El Policía Róger Sánchez, padre de los dos niños, quedó sólo con la ropa que vestía, y perdió a su hija y su casa, por lo que tiene la esperanza de que personas de buen corazón le ayuden para levantarla nuevamente.