- Aparece suministrador fantasma de artículo de lujo para residencia de Fox
Will WeissertAP
MÉXICO.— El escándalo provocado por la noticia de la compra de toallas de 443 dólares y sábanas de 1,060 dólares para la residencia del presidente Vicente Fox pareció tener el miércoles una nueva faceta, con la sospecha de que la compañía que vendió al gobierno los artículos de lujo podría existir sólo como fachada.
Fox había dicho que la divulgación de sus compras en la página del gobierno en la Internet es prueba de la nueva apertura que ha traído su gobierno, luego de siete décadas de gobierno de un solo partido.
Un diario de la capital describió el episodio como “La guerra de las toallas’’ y se ha convertido en una de las pruebas más difíciles para Fox, que prometió un gobierno más transparente.
El nuevo capítulo trata sobre el descubrimiento por parte de reporteros de que la compañía MYO —que facturó los artículos— aparentemente sólo existe de nombre.
Un hombre que se identificó solamente como el “señor Gómez’’, respondió al teléfono cuyo número aparece en los registros de compras del gobierno y dijo que esa era “la residencia de la familia Gómez. Aquí no hay ningún negocio’’.
Lo mismo sucedió con el domicilio. Armando Salazar, quien abrió la puerta de una residencia de lujo, supuesta dirección de las oficinas de la compañía, manifestó su extrañeza y afirmó que se trataba de una casa particular.
El vendedor —con precios extremadamente altos para todo, desde toallas de baño hasta un juego de cortinas operadas eléctricamente, de 19,000 dólares— hace surgir sospechas de corrupción.
Estos gastos traen a la memoria los esquemas que el ex gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) hizo famosos, la época en que alguien cercano a un funcionario del gobierno establecía una empresa fantasma, suministraba productos al gobierno a precios exageradamente altos, y compartía sus utilidades con el funcionario.