- El Patronato de Reos de Carazo gestiona que menores con antecedentes delictivos y sobre los cuales pesan condenas, sean trasladados a un centro de rehabilitación en la Isla de Ometepe, mientras se construye un albergue en Jinotepe
Lucía Vargas C. – [email protected]
CARAZO.- Cinco menores de edad, de los diez que permanecen detenidos en las cárceles de Jinotepe por diversos delitos, fueron trasladados al Hogar Nuestros Pequeños Hermanos, ubicado en la Isla de Ometepe, donde permanecerán hasta que cumplan su condena.
El Patronato de Reos de Carazo gestionó el traslado y éste fue apoyado por el Padre William Wasson, director y fundador del centro, quien visitó la cárcel de Jinotepe para estrechar relación con los menores detenidos.
La visita también fue para dar otra oportunidad a un joven que se fugó del hogar recientemente y ahora guarda prisión, pero pidió que lo perdonaran y lo regresen al centro de rehabilitación ubicado en la Isla de Ometepe.
UNION DE GESTIONES
Esmeralda Alvarez de Videa, presidenta del Patronato de Reos y Rosa Amanda Vásquez Betanco, vicepresidenta del mismo, emprendieron iniciativas para hacer posible que los jóvenes que cometen delitos sean atendidos en el centro de rehabilitación y aprovechen el tiempo aprendiendo un oficio y estudien.
Ambas señoras hacen visitas seguidas a la cárcel para aconsejar a los jóvenes detenidos y ver de cerca la situación del resto de reos en el marco de la salud, la alimentación y el trato que reciben. Asimismo atienden las necesidades de los adolescentes entre 14 a 17 años de edad en Granada, Masatepe, Masaya y Carazo, con apoyo del Juzgado de la Adolescencia.
El primer paso para trasladar a los menores al centro de rehabilitación, fue gestionar con la juez y la Policía departamental el traslado de los primeros cinco, en donde los adolescentes recibirán ropa, alimentación, clases de carpintería, panadería, albañilería y estudios.
“El problema es que está creciendo en nuestro departamento la delincuencia juvenil y estamos llamados a dar una respuesta a tantos niños que mendigan por falta de protección familiar y luego son un potencial para delinquir”, comentó Alvarez Videa.
GESTIONAN TERRENO
En Jinotepe se gestiona la adquisición de un terreno para construir un centro para rehabilitación de menores. Algunas embajadas se comprometieron a financiar la construcción del centro, siempre y cuando se cuente con diez manzanas de terreno. Para materializar la iniciativa se solicita el apoyo de las alcaldías del Departamento de Carazo.
CUMPLIMIENTO DE LA LEY
– El subcomisionado Javier Gutiérrez, Jefe de Investigaciones Criminales, dijo que Carazo es el primer departamento que está por cumplir lo que manda la Ley de Protección al menor, en cuanto a no encarcelar a los jóvenes y niños que cometen delitos y más bien llevarlos a centros de rehabilitación.
– Gutiérrez, señaló que el Estado es el que tiene la responsabilidad de crear estos lugares, pero en vista de que no existen, el Patronato de Reos ha tomado la iniciativa y ya se están viendo los primeros resultados, con el empeño de estas dos mujeres, tras admitir que “hay que tener mucho amor por los demás para dedicar tiempo en pro de estos seres”.
– Los adolescentes están detenidos en una celda aparte de los presos mayores, deben pagar por los delitos de robo, intento de violación, violación, adicción a las drogas, pleitos callejeros y asesinato.
– Según afirmó la dirigente del Patronato de Reos, Esmeralda Álvarez de Videa, algunos están condenados y otros en espera de la sentencia del juez. Explicó que los jóvenes que cometieron asesinato no son aceptados en el Hogar Nuestros Pequeños Hermanos de la Isla de Ometepe, por la peligrosidad que éstos representan para la seguridad del personal.
– Los procesados por robo, drogadicción y violación, son considerados aptos para rehabilitación con apoyo de sicólogos. El objetivo es eliminar el encarcelamiento al resto de muchachos que por ahora van a estar en las celdas, que no tengan delitos de crímenes, porque de lo contrario éstos son llevados a Granada.
– Considera que cada caso se tendrá que valorar puesto que los educadores y personal del centro tienen temor, por el comportamiento que demuestran de rebeldía y agresividad.