- Los incendios en las reservas forestales de Río San Juan causan grave impacto en el ecosistema, el cual se pretende aminorar a través de la toma de conciencia sobre los daños originados de parte de la población de la zona
Tania Jiménez/[email protected]
SAN CARLOS.- Dos mil hectáreas de humedales y ciento cincuenta de bosques se consumieron en 1998 en la Reserva Esperanza Verde, ubicada sobre el curso del río Frío, centro de extensas áreas de humedales del Refugio de Vida Silvestre Los Guatusos.
El impacto en el ecosistema de la región aún no se valora y se acentúa por las constantes intervenciones migratorias en las reservas forestales de Río San Juan.
Las prácticas generalizadas en la región, tales como chapodas y quemas, transforman éstas con el avance de la frontera agrícola, en pasto para la ganadería extensiva y campos para la agricultura.
ACTIVIDADES COMUNES
Entre las prácticas más comunes de esta cultura depredadora están, la tala de bosques primarios y quemas de los mismos para facilitar el establecimiento de cultivos anuales, sin que se observe en esto ningún tipo de control.
La falta de conocimiento de la población sobre los daños que ocasiona la extensión de la frontera agrícola, agudiza la situación.
Esta práctica sumada a la tala de los bosques con fines comerciales constituye una de las principales amenazas a los recursos naturales de la región, sobre todo porque las tierras del trópico húmedo no tienen vocación agrícola.
PROGRAMAS PARA PRODUCTORES
En Río San Juan diversas organizaciones como la asociación Asdeverde/Fundeverde y Prosur contemplan en sus programas de apoyo a los productores de la región, capacitaciones sobre prevención de incendios forestales, proporcionándoles materiales como azadones y palas.
CAPACITACION AMBIENTAL
Leonel Ubau, director de Asdeverde, manifestó que “se capacita a oficiales y soldados de San Juan del Norte, El Castillo, Sábalos y Nueva Guinea en las zonas cercanas a las áreas protegidas’’.
“Lo anterior, con el propósito que ellos eviten se realicen actividades que deterioren el ecosistema, como el ocurrido con los pinares de Dipilto. Si este fenómeno se trasladara a la región, además de la pérdida de bosques primarios, se estarían perdiendo valiosos recursos genéticos no renovables’’, agregó.
IMPACTO ECOLÓGICO
“Cuando se quemó la Reserva La Esperanza Verde se produjo un grave impacto negativo en las cosechas de los dos años siguientes, porque las ratas que asolaron la región no tenían depredadores, no había aves, ni reptiles porque éstos se quemaron en el incendio, y se temía un brote de leptospirosis por la enorme cantidad de ratas que había en la región”, explicó.
RECOMENDACIONES PARA QUEMAS AGRICOLAS
Las rondas contrafuego se hacen eliminando toda la hierba y matorrales en los límites del terreno.
El ancho de las rondas es de cinco a seis metros.
Si el terreno a quemar es muy grande, debe dividirse en cuadrículas.
Hay que aprovechar al máximo los cortafuegos naturales como los ríos y quebradas.
Los caminos y trochas también sirven como cortafuegos, pero hay que limpiarlos y ampliar su ancho a las medidas recomendadas.
Las quemas deben hacerse antes de las seis de la mañana y después de las seis de la tarde.
En terrenos con pendientes, las quemas deben hacerse de arriba hacia abajo,
Nunca se hace quemar a favor del viento.
Las rondas cortafuego deben reforzarse con una zanja de un metro de profundidad en la parte baja de los terrenos con pendientes.
El material combustible (zacate, ramas secas, hojas, rastrojo en general) debe separarse en montones o franjas para evitar que se produzcan grandes llamas y alta concentración de calor.
Siempre que se queme debe haber una brigada contraincendios atenta a controlar cualquier situación que represente una amenaza de propagación del fuego fuera del área programada.
VALORES AMBIENTALISTAS
En San Carlos, Río San Juan, se brinda capacitación a campesinos, estudiantes y a la niñez en las escuelas, mediante la cual se pretende inculcarles valores para la conservación, restauración y protección del ecosistema.