Silencio en la plaza
Rosendo “el Búfalo” Álvarez fue el tercer nicaragüense en coronarse campeón del mundo, luego de Alexis Argüello y Eddy Gazo. Y antes de que Román González apareciera en escena, era considerado el mejor boxeador nica en categorías pequeñas.
El Búfalo logró dos títulos mundiales y se dio el gusto de ser el único boxeador que hizo visitar la lona a uno de los mejores púgiles de categorías pequeñas de la historia: el mexicano Ricardo “Finito” López. Ocurrió el sábado 7 de marzo de 1998, en una pelea de unificación del título paja, cuando Álvarez obtuvo un empate que para muchos debió ser victoria.
Casi 50 mil aficionados llenaban la Plaza México, animando a su boxeador, pero guardaron silencio en el segundo asalto, cuando el nica tumbó al Finito con un volado de derecha que aprovechó un vacío en la defensa. Fue el momento más memorable en la carrera del Búfalo y la única mancha en el historial impoluto del mexicano.
Aquel empate supo a victoria para Álvarez y a derrota para Finito, por eso se arregló la revancha. A la segunda pelea el Búfalo llegó con sobrepeso, condición que terminaría costándole su cetro mundial. El combate fue brutal y el elegante Finito terminó ensangrentado, con la nariz fracturada, pero invicto.
La noche del Ratón
Fue nuestro campeón sin corona por antonomasia. Eduardo “Ratón” Mojica brilló a finales de la década de los sesenta como el primer gran ídolo del boxeo nicaragüense, cuando estaba por arrancar una década de gloria en la que Alexis Argüello traería a Nicaragua su primer título mundial.
En su carrera profesional, Mojica perdió 25 combates y ganó 60, pero ninguno tan recordado como el que sostuvo contra el tailandés Chartchai Chionoi, monarca de los pesos mosca. La pelea de la que todavía se habla ocurrió hace 56 años, el sábado 8 de junio de 1968 en el Estadio Nacional de Beisbol, Managua. Esa noche la multitud enloquecida lo vio entregar todo en 10 memorables asaltos, que culminaron con el triunfo del Ratón por decisión unánime, uno de los más grandes momentos boxísticos vividos en casa.
Aunque el cetro no estaba en juego, el rival era un campeón mundial. Mojica pasó a ser de inmediato y para toda la vida un “campeón sin corona”, pues nunca tuvo la oportunidad de disputar oficialmente el título, debido a la falta de un manejo preciso de su carrera.
Pero incluso sin corona, el boxeo nica no se entiende sin la figura del Ratón. Además de haber dado grandes combates, con un boxeo frontal, un jab de alto nivel y una envidiable flexibilidad de cintura, cuando se retiró del ring, en 1975, se dedicó a preparar nuevos campeones, entre ellos Alexis Argüello y Rosendo Álvarez.
Falleció en la madrugada del viernes 20 de agosto de 2021 a los 82 años.
“Toro” Coronado y “Yambito” Blanco
En la década de los setenta, cuando legendarios boxeadores luchaban por ser el mejor de Nicaragua y el primero en traer a casa un título mundial era hartamente conocida la rivalidad entre dos de los mayores exponentes de este deporte: Francisco “Toro” Coronado y Vicente “Yambito” Blanco. Tres veces se enfrentaron por el campeonato nacional y en dos ocasiones ganó Yambito, pero el Toro jalaba más gente por su fama de muchacho malo.
En materia de espectáculo el Toro fue una especie de Ricardo Mayorga. Solía ser el mayor atractivo de la cartelera y el favorito del público, porque a la gente le encantaba verlo salir “a matarse”, siempre de frente y encima de su adversario.
Una de las peleas internacionales más importantes del Toro fue la que perdió en 1977, en Panamá, ante Rafael “el Brujo” Ortega, cuando buscaba el título mundial. Pero ese mismo año venció a José Torres en una de las grandes noches del Polideportivo España, donde no cabía un alma más. Fue un triunfo memorable, pues este mexicano había logrado tumbar a Alexis Argüello en febrero del 76, aunque no ganarle.
Estaban en arreglos para que peleara contra el campeón estadounidense Danny “Coloradito” López, cuando un hombre que conoció en los Alcohólicos Anónimos lo atacó con un machete y, tras herirlo en ambos brazos, truncó su carrera para siempre. El bravo boxeador falleció a los 77 años, el martes 28 de mayo de 2024.
En el caso de Vicente “Yambito” Blanco fue un boxeador que tenía todo para ser campeón del mundo, pero le faltó la suerte. En 1971 ganó el campeonato centroamericano de su peso y el 5 de junio de ese año enfrentó en casa al campeón mundial Rubén Olivares, en otra de las grandes veladas boxísticas en la historia de Nicaragua.
Aunque el mexicano lo noqueó en cinco asaltos, la crítica fue generosa con Yambito, a quien los expertos consideraban un boxeador magnífico, formidable, valiente, todo coraje y con mucho provenir. Sin embargo, no volvió a tener la oportunidad de disputar un campeonato mundial.
A ver, Gazo
A casi nadie le gustaba el estilo boxístico de Eddy Gazo, porque lo consideraban desorganizado e impreciso; pero esa noche la multitud gritaba: “¡Gazo! ¡Gazo! ¡Gazo!” y el boxeador no quería que la pelea acabara para que el público no dejara de corear su nombre. Era el 5 de marzo de 1977 y el púgil nicaragüense enfrentaba al argentino Miguel Ángel Castellini, poseedor del título de las 154 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en el antiguo Estadio Nacional de Beisbol.
El combate duró 15 rounds y, por decisión unánime, Nicaragua logró un nuevo campeón del mundo, después de Alexis Argüello.
“La gente me coreaba y a mí nunca me habían coreado, porque yo no gustaba, mi boxeo no les gustaba”, confesó Gazo a la revista Magazine en enero de 2015. Había sido la oveja negra del boxeo nica en los años setenta, pero lo único que le importaba era ese título que atesoró toda su vida en una caja metálica. Murió el 19 de septiembre de 2023 a los 73 años.
El primer campeón
Pocas peleas boxísticas han producido en Nicaragua el efecto paralizante que tuvo el combate entre Alexis Argüello y Rubén Olivares. Fue el sábado 23 de noviembre de 1974. Desde antes de las 3:00 de la tarde el país se detuvo para concentrarse en la pelea y la gente alistó pirotecnia como si hubiera sido un 7 de diciembre. Aquel era el segundo intento del muchacho de Monseñor Lezcano para coronarse campeón mundial, el primero de Nicaragua.
Nueve meses antes, el 16 de febrero, Alexis ya había probado suerte en Panamá contra Ernesto “el Ñato” Marcel. Tanta fe le tenía el país al Flaco Explosivo que el día del encuentro la capital panameña parecía otra Managua, con las calles abarrotadas por los cinco mil nicaragüenses que se estima viajaron para verlo pelear.
Luego de 15 ajustados asaltos, Alexis perdió gloriosa y dolorosamente, como solo él podía hacerlo. Entre lágrimas gritó un “Viva Nicaragua” y Nicaragua lloró con él. Al volver a Managua en el aeropuerto lo esperaba una emocionada multitud. “Alexis campeón, pero todavía no”, tituló LA PRENSA.
En su segunda oportunidad de coronarse, la mayoría de los 14,313 espectadores de la pelea eran mexicanos y apoyaban a Olivares, campeón de las 126 libras, peso pluma, de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Aunque Alexis, de 22 años, era cinco años menor que el Púas, el azteca era favorito, estaba dominando la pelea y estuvo a punto de tirarlo en el primer asalto.
Cuando llegó el round 13, el mexicano salió confiado porque sabía que iba adelante en las tarjetas. Fue entonces que ambos boxeadores abrieron la guardia, lanzando cada uno un golpe de izquierda, pero el de Alexis llevaba más potencia y tumbó a su rival. Poco después un upper de derecha en el mentón del Púas volvió a tirarlo a la lona y la pelea terminó. En México callaron los mariachis, mientras en Nicaragua explotaban los cohetes.
Como hablamos del tricampeón mundial, hay más peleas memorables. Entre ellas sus dos duros encuentros con Aaron Pryor, el verdugo del más querido atleta nicaragüense, fallecido en circunstancias extrañas el 1 de julio de 2009 a los 57 años.
El show de Mayorga
A sus 51 años, Ricardo Mayorga todavía sabe hacer lo que mejor se le da: entretener a la gente. En su época dorada no solo fue un gran boxeador, poseedor de dos títulos mundiales que enfrentó a los más famosos campeones de las 147, 154 y 158 libras, también destacó como un “showman” que vivía cada pelea con el mayor drama posible.
Saltó a la fama en enero de 2003 cuando derrotó al mejor boxeador del momento, el afroamericano Vernon Forrest, con un nocaut inesperado en solo tres asaltos. En el cuarto round de la revancha, disputada seis meses después, el granadino hizo lo impensable: bajó la guardia y le solicitó a Forrest que lo golpeara en la cara, oportunidad que el estadounidense no desaprovechó. El público de la Orleans Arena se volvió loco, levantándose de sus sillas para apreciar mejor el espectáculo. Al final, el combate se fue a 12 rounds y el Matador ganó por decisión.
En Nicaragua las peleas del granadino se vivieron como grandes acontecimientos por el calibre de los oponentes que enfrentaba. Fue campeón de las 147 libras por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tras unificar el título con Vernon Forrest. También obtuvo la corona de las 154 libras del CMB, luego de arrebatársela al italiano Michelle Piccirillo. Además, peleó y perdió contra figuras como Shane Mosley, Oscar de la Hoya y Félix “Tito” Trinidad.
Su pelea contra Tito Trinidad es especialmente recordada por el desparpajo con que volvió a poner la cara para que su rival lo golpeara.
Los momentos del Chocolate
Román “Chocolatito” González es el único boxeador nicaragüense que ha sido campeón mundial en cuatro categorías distintas y en mayo de 2015 alcanzó el puesto de mejor libra por libra del mundo.
Son particularmente recordadas sus peleas contra Francisco “el Gallo” Estrada, con quien protagonizó una de las rivalidades más importantes de los últimos años en pesos pequeños. En diciembre de 2022 el mexicano se impuso a su viejo rival en el tercer combate que disputaron, sumando dos victorias y quedándose con el título mundial supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
También son inolvidables sus peleas contra Srisaket Sor Rungvisai, considerado el verdugo del Chocolatito. En marzo de 2017 el tailandés le arrebató el título de campeón supermosca por el CMB con una dudosa victoria por decisión mayoritaria. Muchos seguidores del boxeo lloraron la derrota del nica, que hasta entonces estaba invicto, pero algo peor estaba por venir.
En el segundo encuentro, realizado en septiembre del mismo año, el tailandés lo noqueó al minuto con 18 segundos del cuarto asalto y la imagen del púgil nicaragüense tendido como un tronco sobre la lona le dio la vuelta al mundo. Hubo sorpresa, lágrimas y silencio en los barrios de Nicaragua, particularmente en el barrio La Esperanza, de donde salió el Chocolatito.
En julio de este año, González hizo un gran retorno, al vencer por nocaut técnico al colombiano Robert Barrera en el décimo asalto de un combate realizado en Managua. Fue una pelea de transición para que el púgil de 37 años busque un título mundial. Podría volver a pelear en casa en marzo de 2025 ante el actual campeón supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Phumelela Cafu.