Desde luego, me habría gustado ir a Nueva York en una situación distinta para los Yanquis. Pensé que podrían salir de Los Ángeles con 1-1 en la Serie Mundial, pero en lugar de eso van con 0-2 y los Dodgers han lucido imponentes, desplegando el talento masivo que han reunido, mientras el equipo del Bronx intenta reaccionar en medio de un oleaje adverso.
Si Dios quiere podré presenciar los juegos tres y cuatro del clásico de octubre en el Yankee Stadium, donde los yanquistas anhelan que su equipo pueda dar un giro en una dura batalla que hasta ahora la van perdiendo. Y tras la última presentación, no solo preocupó perder, sino la forma cómo se perdió en otro juego que parecía también al alcance.
Pese a que buena parte de los expertos en beisbol en Estados Unidos consideraron favoritos a los Dodgers desde antes del inicio de la Serie Mundial (52 por ciento contra 48 por ciento) se previeron unos enfrentamientos sensacionales y de finales dramáticos. Y el primer juego así lo fue. Un partido electrizante hasta que Freddie Freeman lo terminó.
No obstante, en el segundo partido los Dodgers atacaron en un inning a Carlos Rodón con tres jonrones y cuatro carreras y eso fue suficiente para volver a derrotar a los Yanquis, quienes en esta ocasión parecieron derretirse ante cada gran oportunidad que se les presentó y los angelinos se movieron hacia el triunfo con menos complicaciones.
Los Dodgers están a la mitad del camino que conduce al título. Y, además, respaldados por la historia. De 92 equipos que se fueron adelante 2-0 en una serie al mejor de siete, 77 lograron imponerse. El deseo de los Yanquis es unirse a los otros 15 clubes que le dieron vuelta a la tendencia. De hecho, ellos mismos lo han hecho cuatro veces.
La última vez que los Yanquis remontaron un 0-2 fue en 1996 contra los Bravos de Atlanta. Esa vez, los Bravos apalearon a los neoyorquinos 12-1 con John Smoltz en la colina y 4-0 con Greg Maddux sobre el box, antes de cuatro victorias corridas que los llevaron al título con David Cone, Andy Pettitte, Graeme Loyd y Jimmy Key adjudicándose las victorias.
Los Yanquis también han estado del otro lado en dos ocasiones, es decir, tomaron ventaja de 2-0 y luego perdieron la serie. Una de ellas fue justamente ante los Dodgers en 1981. Después de dos triunfos en línea con Ron Guidry y Tommy John sobre el box, perdieron cuatro juegos consecutivos en una remontada liderada por el zurdo Fernando Valenzuela.
Así que vamos a ver qué sucede ahora cuando los Yanquis dispongan del joven Clarke Schmidt y los Dodgers del experimentado Walker Buhler. Los californianos lucen tan difíciles de dominar como siempre se pensó, en cambio, los Yanquis han sido dominados con facilidad y más allá de Juan Soto y Giancarlo Stanton, nadie parece ser una amenaza.
De modo que, a menos que se conviertan en algo parecido a un buen equipo, los Yanquis podrían continuar sufriendo ante estos desbordados Dodgers, pero también podrían intentar una remontada, algo que se ve muy difícil, pero que no es imposible en un deporte tan impredecible como el beisbol en el que todo puede suceder. ¿Usted qué cree?
Lo que parece cierto, no obstante, es que los Yanquis van al juego más crucial de toda la temporada hasta el momento. Perder ahora sería gravísimo. Ganar podría traerlos de nuevo a la vida.