Continuando con su escalada represiva contra la Iglesia católica, este miércoles 13 de julio el régimen Ortega Murillo encarceló a monseñor José Leonardo Urbina, titular de la parroquia del Perpetuo Socorro, y vicario episcopal de Boaco. Originalmente se desconocía su paradero y se sospechaba que lo habían trasladado a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como nuevo Chipote, en Managua. Pero al mediodía los medios oficialistas reportaron que el religioso ya había sido presentado ante los juzgados.
Según los medios de comunicación propiedad de la familia Ortega Murillo, esta tarde le realizaron la audiencia inicial en los Juzgados de Managua, donde el sacerdote enfrentará un juicio por la supuesta violación de una niña de 12 años.
Fuentes cercanas a monseñor Urbina confirmaron a la revista digital Confidencial que monseñor Urbina estaba citado para una entrevista en la delegación policial de Boaco. La razón de la cita era interrogarlo sobre una supuesta denuncia de violación en su contra. Sin embargo, a eso de las 7:30 a.m. la Policía se presentó a la parroquia y se lo llevó detenido.
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Segundo sacerdote preso
Monseñor Urbina se suma al sacerdote Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, de Nandaime, capturado el pasado 1 de junio de 2022. El padre García tiene 57 años, padece de diabetes y además toma medicamentos para una neuropatía crónica y desde hace 40 días permanece en las celdas de la DAJ, conocidas como el Chipote.
El pasado miércoles 22 de junio, el juez Local Único de Nandaime, Jaime Aguilar, condenó al padre García a dos años de prisión y 200 días multa por el supuesto delito de amenaza con arma contra cinco personas. Y el 1 de julio, la jueza Distrito Penal Especializada en Violencia de Granada, Ana Xochilt Fonseca Laguna, lo declaró culpable de los delitos de lesiones psicológicas y lesiones físicas en perjuicio de Martha Candelaria Rivas Hernández, a quien el sacerdote habría golpeado en el rostro con un candado la noche del pasado 30 de mayo.
Además, la supuesta víctima, Martha Candelaria Rivas, fue acusada y encarcelada por falso testimonio al declarar en el juicio que el sacerdote García la golpeó en el rostro de manera accidental y no dolosa a como sostiene el órgano acusador.
El padre García fue detenido luego de una “campaña de difamación” por parte de los medios de propaganda de la dictadura Ortega Murillo que difundieron videos en los que supuestamente el religioso agredió a una mujer, de identidad desconocida, y al ser interpelado por los sujetos que lo grabaron reaccionó con violencia mostrando un machete y retándolos a que entraran al templo católico.