En la película Mente indomable Robin Williams tiene una conversación con Matt Damon, un joven con una inteligencia desbordante, y le dice: “Si te pregunto algo sobre arte me responderás con datos sobre todos los libros que se han escrito, Miguel Ángel, lo sabes todo, vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual, lo que haga falta… Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina, nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo”. Esa respuesta engloba mucha de las sensaciones que se vivirán este miércoles en el encuentro entre el Real Madrid contra el Manchester City: la magia del Bernabéu. Muchos creen que solo se tratará de futbol, de 11 jugadores contra 11 y utilizan la “lógica” del partido de ida (4-3) en la vuelta y así colocar a su favorito para medirse al Liverpool en la final.
En el deporte los intangibles también valen: una ciudad eufórica volcada hacia su equipo, una atmosfera del sí se puede, ánimos de optimismos desmedidos tras la conquista de una liga o el peso de jugar contra el equipo más exigente del mundo que dejó en el camino con remontadas memorables al PSG y Chelsea, actual campeón de la Champions League. Ambos equipos entendieron que no basta con ser superior para eliminar el Real Madrid, se necesita “matarlo” cuando se tiene la oportunidad en el paredón y no dejarlo escapar. Messi falló un penalti que les hizo falta después y el Chelsea desperdició oportunidades claras cuando el duelo estaba 3-0, para luego quedar eliminado por Rodrygo y Benzema.
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Este martes el Villarreal creyó, su afición los alentó y durante 45 minutos el sueño de París (lugar de la final) se sentía palpable con el 2-0, sin embargo, se les agotó el físico y el talento de un colombiano llamado Luis Díaz acabó con ellos. Estaban haciendo una gesta ante un equipo con una plantilla de casi 500 millones de dólares más cara que la de ellos. Con el Madrid es diferente, tienen una constelación de jugadores que hombre por hombre supera a los ingleses, de los 11 titulares solo Cancelo, De Bruyne y Mahrez ganan a sus competidores directos. Lo mejor del City es su juego colectivo, pero como todo gigante tiene su talón de Aquiles: quitarles la pelota o ejercer una presión intensa que los obligue a cometer errores, ya dos equipos lo han hecho: Liverpool y Atlético de Madrid.
Creo en la remontada del Madrid porque su medio campo es una fábrica de oportunidades con Modric, Kroos y Casemiro, más la suma de Valverde les dará respiro de maniobra sobre el oponente, poseen un delantero capaz de marcar goles en medio de una tormenta como es Benzema, además cuentan con el ímpetu de un esprínter como Vinicius y aunque su línea defensiva se vio vulnerada en el encuentro de ida, han demostrado tener sagacidad de apretar y colgarse en sus marcas. El gran problema del Manchester City es que dejó vivir a una presa siendo un cazador y soltó el martillo contra el yunque. Ahora en el Bernabéu el Madrid pasará a cazador y el City será yunque, tratando de no ahogarse ante el peso del oponente y la presión de la eliminatoria.
Pero vos qué me vas a decir sobre la magia del Bernabéu, si nunca la has vivido.