Desde la Parroquia Santa Agatha en Miami, Estados Unidos, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez exhortó una vez a los nicaragüenses, sumidos en la crisis sociopolítica como consecuencia de la permanencia de Daniel Ortega en el poder, a no desanimarse y a no perder las esperanzas. Indirectamente el religioso se refirió a los virulentos discursos que ha brindado Ortega y dijo que “quien ofende, hace sufrir y agrede a los demás va tejiendo su propia ruina”.
“Nuestra sociedad está extenuada a causa de tanta agresividad y de tantas palabras odiosas que hieren y divide, la gente llora en silencio por la crueldad a la que es sometida por quienes deberían velar por su bienestar, sin embargo no hay que desanimarse ante quienes pretenden robarle el futuro al pueblo”, manifestó el obispo Báez.
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Monseñor Báez insistió que el tiempo de la opresión e injusticia debe “convertirse al mismo tiempo en el germen de una nueva sociedad y el momento propicio para empezar a construir la cultura del encuentro. Debemos comenzar ya a relacionarnos de tal manera que nadie sea descartado, ofendido o humillado, sino que todos sean necesarios, respetados y valorados”.
“No hay que perder las esperanzas”
En esa misma línea se refirió que quienes producen desencuentro dolorosos se alejan de Dios: “Quien ofende, hace sufrir y agrede a los demás va tejiendo su propia ruina (…) Hay que encontrarnos con las personas para buscar su bien y no para maltratarlas, debemos acercarnos a los otros para servir y ayudar no para humillar y hacer sufrir, es necesario aprender a encontrarnos con nosotros y disponernos a crear relaciones humanas y respetuosas”, señaló el obispo.
En contraste, el religioso aseveró que aquellas personas quienes se sacrifican y luchan por construir una convivencia social más humana, respetuosa y justa “pueden estar seguro de que todos sus esfuerzos nunca se perderán y florecerán un día, pues Dios está de su parte, no hay que perder las esperanzas”.
Por otro lado, monseñor Báez indicó que en la sociedad hay mucha necesidad de alegría y que las personas que en estos momentos están sufriendo “esperan nuestra solidaridad, hay muchas personas que necesitan escuchar palabras alegres y luminosas. Hay personas que están solas, las personas hoy necesitan consuelo, palabras y gestos que le comuniquen nuevos deseos de vivir sobre todo en las sociedades tristes y llenas de miedo, se hace necesario una alegría serena”.
El obispo Báez celebró la eucarística acompañado del padre Edwin Román, párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya. A inicios de abril de 2019, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Báez anunciaron en una conferencia de prensa que el Papa Francisco pidió que el obispo auxiliar se trasladara a Roma para asumir funciones que no se especificaron. Dejó el país el 23 de abril de ese año.
Tras su estadía en Europa, Báez regresó al continente americano para participar en formaciones propias de su congregación religiosa. En una entrevista a un medio independiente aseguró que nunca estuvo en el Vaticano. El obispo radica en Miami desde 2019. Monseñor Báez celebra los domingos misa en la iglesia Santa Agatha, parroquia a cargo del sacerdote Marcos Somarriba.
Monseñor Álvarez: “Nuestro tiempo se caracteriza por la aspiración a la libertad y liberación”
Por su parte, monseñor Rolando José Álvarez, administrador apostólico de la Diócesis de Estelí y obispo de la Diócesis de Matagalpa, durante la inauguración del II Sínodo abogó por la liberación de Nicaragua, que está sumida bajo el poder del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Desde la Catedral San Pedro Apóstol, en Matagalpa, el religioso destacó que el Sínodo que se inició hoy finalizará el próximo 19 de diciembre de 2024 tiene cuatro elementos fundamentales: comunión, participación, misión y liberación.
“La evangelización es camino de libertad y liberación, la Conferencia de Puebla afirmó la importancia del reconocimiento de los derechos de toda persona que lucha y sufre, y de la supresión de la violencia física y morales, los abusos de poder, porque todo aquello que afecta la dignidad del hombre, hiere de algún modo al mismo Dios. Hoy nos hacemos eco del mensaje final de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe haciendo mención del dolor de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias”, refirió monseñor Álvarez.
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Enseguida manifestó que como Iglesia “escuchamos el clamor de los pobres, excluidos y descartados, nuestro tiempo se caracteriza por la aspiración a la libertad y liberación, personas y pueblos enteros manifestamos estas ansías de libertad y liberación, la conciencia de la libertad y de la dignidad del hombre junto con la afirmación de los derechos inalienables de las personas y pueblos es una de las principales características de nuestro tiempo”.
Al referirse a la libertad, monseñor Álvarez, afirmó que la misma exige condiciones de orden económico, social, político y cultural que posibiliten su pleno ejercicio. “La viva percepción de los obstáculos que impiden el desarrollo de la libertad y que ofenden la dignidad humana es el origen de las grandes aspiraciones a la liberación que todos tenemos”, aseveró.