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CONTENIDO EXCLUSIVO.A 17 días de cumplirse 21 años y seis meses del asesinato del campesino Pablo Absalón Leal, de 43 años, ultimado de tres disparos de fusil AK-47 a manos de Alejandro Carrión McDonough, frente a sus tres hijos, su familia mantiene vivo el recuerdo del crimen.
“Él estaba en una reunión cuando pasó ese señor (Alejandro Carrión), se detuvo frente a la casa (rancho de paja en ese entonces) y preguntó ‘dónde está ese hijo de p…’”, recuerda Maura Catalina Gómez, esposa del campesino asesinado.
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El crimen se produjo porque Alejandro Carrión creía que Pablo Leal había cerrado la llave del pozo de la comunidad y por eso no le llegaba agua a su restaurante Francelomé, explica Maura Gómez.
Iba resuelto a matarlo
La mujer, quien sigue viviendo en la comunidad La Francia, kilómetro 23 de la carretera Ticuantepe-La Concepción, sitio donde ocurrió el crimen la tarde del 26 de mayo del 2000, refiere que tras los gritos de Alejandro Carrión, hermano del entonces jefe del Ejército, general Javier Carrión, ella presagió lo peor.
Después se escucharon varios disparos hechos al aire por el enfurecido hombre, Pablo Leal se salió de la reunión creyendo que el dueño del Francelomé había matado a sus hijos, recuerda Gómez.
“Aja, aquí viene el hijo de p… y le voló la primera bala a los pies, fue entonces que mi marido le dijo a uno de sus hijos, ‘traeme el machete’. Entonces Carrión le hizo el otro disparo en el brazo izquierdo y al caer lo remató disparándole en el pecho”, narra la viuda.
Infructuosa batalla legal
Una vez pasado el funeral del campesino Pablo Leal, quien fue velado dos noches, Maura Gómez con el acompañamiento del abogado Noel Alonzo Cano inició una batalla legal que comenzó con una desavenencia entre jueces por competencia.
Esto porque en el Juzgado Primero Distrito del Crimen de Managua se ordenó la captura de Alejandro Carrión; mientras el Juzgado Octavo Distrito del Crimen de la misma circunscripción aceptó una autodenuncia presentada por el sospechoso.
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Finalmente el caso se tramitó judicialmente en el Juzgado Segundo Distrito Penal de Managua, donde el entonces juez Walter Erick Solís fue destituido del cargo después de absolver a Alejandro Carrión del delito de homicidio sin haber escuchado a la representante de la víctima. El acusado nunca estuvo preso y tampoco declaró en el juicio.
Mujer “resucitada”
El caso pareció tener un final de manera abreviada, cuando tres abogados anunciaron en conferencia de prensa que Maura Gómez desistía de la acusación.
A cambio, Maura Gómez habría recibido 100,000 córdobas y un automóvil marca Lada; el acuerdo estaba formalizado en una escritura pública firmada entre la viuda y María Auxiliadora Galán.
Pero un día después los abogados quedaron como mentirosos, porque en un desaparecido diario local se publicó en primera página el desmentido de la familia de la señora Galán.
En la nota informativa se explicaba que María Auxiliadora Galán nunca vendió el automóvil, porque ella murió varios meses antes del crimen de Pablo Leal, al sufrir un accidente en su carro en la carretera San Marcos-La Concepción.
Ninguno de los tres abogados involucrados en el escándalo surgido por haber hecho aparecer firmando una escritura pública a una persona fallecida fue sancionado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Juez destituido, pero sentencia confirmada
El 19 de marzo de 2001 la CSJ destituyó al entonces juez Walter Erick Solís, luego de permanecer varios meses suspendido sin goce de salario por haber dictado la disparatada sentencia.
La sentencia de sobreseimiento definitivo dictada por el juez Walter Erick Solís después fue confirmada en el Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) y la misma CSJ, por lo que no se volvió a realizar el proceso judicial.
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Juan Carlos Leal, uno de los tres hijos que procrearon Pablo Leal y Maura Gómez, asegura que a ellos les marcó para toda la vida haber presenciado el crimen de su padre.
“Después que ese señor mató a mi padre y aunque cuando nosotros crecimos y él pasaba por las mañanas corriendo por donde nosotros vivimos, nunca le hicimos nada”, indica Juan Carlos Leal.
La familia del campesino cuenta que el año pasado les dijeron que Carrión había fallecido por problemas respiratorios, por lo que nunca pudo hacerse justicia en el caso de Pablo Leal.