Desde siempre hemos escuchado hablar acerca del ginecólogo y es que este profesional de la salud constituye una persona importante en la vida de cada familia, pues es la primera persona, además de mamá, que nos cuida desde antes de nacer, también es la primera persona que vemos al salir de mamá, de tal forma que constituye nuestro primer acercamiento con un médico.
A pesar de esto, siempre se ha generado cierta incertidumbre acerca de cuándo y con qué frecuencia se debe realizar una visita al ginecólogo, una de las primeras dudas que surgen es cuándo debemos acudir por primera vez a una consulta.
La adolescencia y el ginecólogo
Desde el nacimiento hasta la adolescencia el pediatra es el guardián de nuestra salud, sin embargo, una vez que entramos en la adolescencia nuestro cuerpo empieza a tener cambios propios de la etapa, se nos presenta nuestra primera menstruación y con esto un mundo nuevo para cada una, es por esto que nuestra primera visita formal al ginecólogo debería ser una vez que entramos en la etapa de la adolescencia.
Esta visita no debería de preocuparnos o generar angustia, durante la misma puedes acudir acompañada de mamá y/o papá, ya que lo que pretendemos es aclarar todas las dudas en relación a los cambios que se vienen presentando en el cuerpo, así como orientarte en qué esperar de cada ciclo menstrual.
Una vez familiarizadas con estos cambios, y dejando atrás la adolescencia, es importante una visita para aclarar las dudas en relación con los diferentes métodos de planificación familiar que existen en la actualidad, sin duda alguna hay diversos tipos para todos los estilos de vida y, si es tu elección, encontraremos el ideal para vos; como has notado, las primeras visitas son principalmente informativas y te brindarán el conocimiento y las herramientas necesarias para afrontar tus etapas de una forma más segura.
Orientación y apoyo
Toma siempre en cuenta que los ginecólogos estamos para orientarte, apoyarte y brindarte la información que necesites sin juzgarte, por lo que debes ser completamente honesta en tus consultas para que no se nos escape ningún diagnóstico.
Al cumplir los 21 años es importante que anotés en tu calendario tu visita al ginecólogo, ya que a partir de esta edad las visitas deben ser al menos una vez al año, pues estaremos realizando pruebas encaminadas a la detección de enfermedades en los senos, ovarios, útero y cuello del útero. Recuerda que la identificación temprana de cualquier tipo de alteración es la piedra angular para el éxito.