En 17 meses, desde que la pandemia del Covid-19 llegó a Nicaragua, 85 doctores —73 varones y 12 mujeres— han fallecido presuntamente por esa enfermedad, según el conteo de médicos independientes.
Por lo menos, tres médicos murieron en Nicaragua con síntomas asociados al Covid-19 en la segunda semana de agosto en los departamentos de Managua, Chinandega y León, reportó la página de Facebook Héroes de Blanco.
Impacto en la población
Para el epidemiólogo Leonel Argüello, más de 1.5 millones de pacientes nicaragüenses podrían ser los afectados ante la ausencia de esos médicos que han fallecido en el país.
Argüello explicó que cada médico atiende un promedio de 50 pacientes por día en Nicaragua, y sostuvo que al quedarse el sistema de salud sin ese recurso humano, de manera repentina, el impacto en la sociedad nicaragüense es enorme.
“Este personal ha dejado de atender diariamente unos 5,000 pacientes, como mínimo, y si multiplicamos esta cantidad por cinco días a la semana, hablamos de alrededor de unas 22,000 personas (o más) que no se han atendido, y si lo multiplicamos por un año, esto equivaldría a un millón seiscientos seis mil pacientes que no están siendo atendidos por estos médicos fallecidos de Covid-19”, explicó el exdirector de Epidemiología del Ministerio de Salud.
Por otro lado, el doctor Argüello manifestó su preocupación, porque contrario al año 2020, cuando la tendencia de los decesos era de médicos varones, en este año la pandemia ha afectado a una mayor cantidad de doctoras.
“Si nosotros comparamos el año 2020 con el 2021, observamos que en 2020 el ocho por ciento de los médicos fallecidos son mujeres, pero en el 2021 vemos que el número de mujeres médicas subió al 28 por ciento, es decir ha habido un incremento de cuatro veces más en relación con los hombres médicos”, advirtió el especialista.
¿Por qué se mueren los médicos?
Otro especialista médico consultado, quien prefiere hablar bajo condición de anonimato, considera que la situación de los médicos en el país es preocupante y tuvo conocimiento de tres fallecidos la semana pasada. Según este especialista, muchos de estos trabajadores de la salud no cuentan con las herramientas básicas para protegerse y aumentan las posibilidades de contagios.
“Hay médicos que atienden en consultorios pequeños, sin elementos básicos para desinfectar el área, como una máquina de ozono que desinfecta todo el lugar o fumigación diaria con cloro en aerosol para limpiar la infraestructura. Incluso hay médicos que están haciendo consulta domiciliar con pacientes de Covid-19”, señaló.
Este galeno refirió que los médicos fallecidos son menores de 50 años y las condiciones de riesgo que están asumiendo los médicos la están pagando con su salud y algunos con su vida.
“Estamos hablando de un personal calificado. Para ser médico se estudian seis años, más tres o cuatro años para ser especialista. Ser médico lleva su tiempo y vemos cómo decenas de ellos están sucumbiendo ante una enfermedad altamente contagiosa”, lamentó.
De acuerdo con este especialista de la salud, en ocasiones los médicos se exponen de manera innecesaria. “El único paciente presencial que hay que atender es aquel que está con Covid-19 severo. Esta enfermedad es todavía de baja mortalidad, el 80 por ciento de los pacientes se va a recuperar y solo el 20 por ciento va a requerir hospitalización y entre un 4 por ciento y 2 por ciento va a fallecer”, es decir solo la minoría requiere atención presencial, mientras que la mayoría puede ser atendida vía videollamada.
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El médico invitó a sus colegas a atender vía online los casos de Covid leve y Covid severo por las condiciones de la pandemia, más ahora que se sospecha de posibles variantes en el país. Además, destacó que con la muerte de los médicos algunas personas podrían sentir temor o desconfianza y en el peor de los casos, se podría revivir la discriminación en contra del personal de salud y ser visto como una amenaza.
“Nuevamente se está creando un estigma de rechazo hacia el personal de salud, al verle en la calle con su pijama, aunque está de más decir que el virus no se pasa por la ropa”, concluyó.