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CONTENIDO EXCLUSIVO.Mientras los policías entraban a la vivienda del periodista Miguel Mendoza y de nuevo las redes sociales comenzaron a hervir de manera precipitada anunciando otra noche larga de secuestros, comunicados, alertas, noticias falsas o sin confirmar, en medio de ese alboroto cerca de las 8:15 p.m. en el sitio web de la Policía se colgó un comunicado donde informaban sobre la detención de María Fernanda Flores.
Muchos no daban crédito a lo que leían. Porque desde que se desataron los secuestros en contra de precandidatos a la presidencia, políticos, periodistas y activistas, lo más raro fue el arresto del banquero Luis Rivas, pero el nombre de Flores no se lo esperaba nadie.
“Si me preguntás si aquí encaja la frase o refrán de que mal paga el diablo a quien bien sirve, pues te tengo que decir que así es”, dijo un antiguo miembro del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y que conoce tanto a María Fernanda como a su esposo, el expresidente Arnoldo Alemán.
El exmandatario logró apenas confirmar al Diario LA PRENSA que estaban en medio de un operativo policial esa noche.
“Gracias, es un placer informarte, pero no puedo (hablar), ahoritita estamos rodeados”, fue lo único que alcanzó a decir.
“Pactaron, comieron en la misma mesa y creo que, aunque el tiempo pasó, siempre quedan pendientes cosas. Que le detengan a su señora no es coincidencia”, dijo el liberal que pidió anonimato, haciendo referencia a Daniel Ortega y Arnoldo Alemán.
A inicio de 1998 el entonces presidente Alemán pactó con Daniel Ortega. El primero estaba en la presidencia y hacía planes para seguir teniendo algún tipo de poder luego del final de su administración, mientras que el segundo pasaba por sus horas más bajas.
En el presente, Daniel Ortega es un dictador que va contra todo para mantenerse en el poder, incluso va contra su antiguo socio y su esposa María Fernanda Flores, quien sería la heredera del partido con el que llegó al poder el antiguo mandatario liberal.
La esposa del presidente
Es 1999, ella almuerza con sus padres en el restaurante Los Ranchos, en Managua. De repente entra al local el presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán. Tiene 56 años, la gente en el restaurante lo reconoce y entre ellos los padres de María Fernanda.
Al presidente lo acompaña su secretario de comunicación, Carlos Briceño, quien además es primo de María Fernanda.
“Mi papá se levantó a saludarlos, yo me quedé sentada con mi mamá, pero ella me dijo: ‘Levantate, es tu oportunidad de hablarle de los proyectos de educación que querés hacer'”, le contó hace varios años a la revista MAGAZINE.
Así comenzó su historia juntos. Ella tenía 30 años cuando lo conoció. Aunque nació en Managua en noviembre de 1968, ella asegura que es más leonesa que otra cosa. En la Ciudad Universitaria pasó su niñez hasta que a los 10 años su familia sale al exilio rumbo a Estados Unidos. En la ciudad de Miami era maestra y para finales del 99 volaba con regularidad a Managua, hasta que se convirtió en la primera dama.
Sobre la relación de Flores con Alemán siempre hubo una serie de rumores. Sobre todo, por la diferencia de edad de ambos y porque físicamente Arnoldo Alemán nunca ha sido un hombre muy agraciado. Un tipo gordo, con una lesión en una pierna desde pequeño y un particular sentido del humor que rozaba lo grosero.
“Yo me casé a los 30 años, a esa edad el matrimonio se decide con un nivel mayor de madurez, ya no solo cuenta la apariencia física, la atracción que sí sentí con mi esposo, pero además cuentan otras cosas”, dijo también a MAGAZINE.
En una investigación publicada por LA PRENSA en 2002 se constató que Arnoldo Alemán utilizó varias tarjetas de crédito del Banco Central para pagar su fiesta de compromiso matrimonial con María Fernanda, los regalos a la novia, la luna de miel a Italia y otros gastos.
Pero estos gastos no comenzaron con la boda, desde que Alemán comenzó a “conquistar” a María Fernanda no escatimó en gastos y lujos. Por ejemplo, en agosto de 1999 el presidente se miró con Flores en Miami.
“Sus primeras compras fueron en la exclusiva tienda Mayor’s Jewelers Inc. Ese mismo día, Alemán le demostró el amor a su novia con compras de joyas hasta por 11,293 dólares, siempre con la misma tarjeta de crédito. A este lugar, el enamorado presidente regresaría hasta en octubre de 2000, a comprar 5,759 dólares en joyas”, detalla el reportaje firmado por el periodista José Adán Silva.
La cosa no quedó ahí. El expresidente Arnoldo Alemán ocupó una de estas tarjetas para gastos personales en viajes oficiales y personales a 40 países de todos los continentes.
Algunos de los viajes de Alemán fueron a lugares exóticos poco conocidos, como la isla Bali, en Indonesia, donde gastó 15,000 dólares en una tarde.
Bali es una pequeña isla fértil situada a mitad de la cadena de islas del archipiélago indonesio, al noroeste de Sumatra, en la frontera de Nueva Guinea. Además, en Estados Unidos, gastó casi medio millón de dólares. La mayoría en compras de ropa y mercaderías varias.
La foto
Es la foto icónica del pacto entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán. Tomás Borge la calificó de un “error político” y hasta hace poco la seguían utilizando en protestas contra el régimen de Daniel Ortega y para señalar al PLC.
En la instantánea aparece María Fernanda Flores, de pie al lado de Alemán, posa su mano sobre su esposo que sonríe. La misma foto está dividida entre los negociadores orteguistas a un lado y los arnoldistas al otro. En medio de ellos la hija de la pareja, María Dolores Alemán, que en la actualidad es contralora.
En realidad, esa no es la foto del pacto que se inició en 1998 y que se selló en 1999. Esa foto tan repetida es de 2005, cuando Daniel Ortega llegó hasta la hacienda El Chile para buscar los votos liberales de la Asamblea Nacional para promulgar una “ley marco” que protegiera durante un tiempo del gobierno del presidente Enrique Bolaños las reformas que habían acordado en el pacto del 99.
Entre las cosas que acordaron tanto Alemán como Ortega estaban que el presidente de la República saliente pasaría a ser automáticamente diputado en la Asamblea Nacional, durante el siguiente período.
Esto había sido pedido expresamente por Arnoldo Alemán, esperanzado en que al terminar su período en enero de 2002, ya como diputado sería nombrado presidente de la Asamblea Nacional y seguiría teniendo poder.
Por su parte, Ortega pidió a cambio que, para ser electo presidente de la República, se redujera el porcentaje del voto popular requerido del 45 % al 40 %, salvo que con por lo menos el 35 % del voto popular superara al del segundo lugar por una diferencia mínima del 5 %.
Ortega sabía que eso, más la división de la oposición, sería la fórmula perfecta para volver al poder.
En síntesis, estos fueron los dos grandes acuerdos al que llegaron Ortega y Alemán. Fue el pacto que definió el rumbo de Nicaragua en los siguientes 20 años.
“Fuego amigo”
Así como fue sorpresa la noche del 21 de junio la detención de María Fernanda Flores, también fue sorpresivo el arrebato de su diputación en noviembre de 2020.
En este caso el ataque venía de “fuego amigo”, porque quien impulsó su destitución fue la diputada María Haydée Osuna, quien además de ser tercera vicepresidenta de la junta directiva de la Asamblea Nacional es la representante del PLC.
Osuna la acusó de “transgredir” los estatutos del PLC y de bloquear a la autoridad máxima del partido.
Al final, la aplanadora sandinista con 80 votos a favor le cortó la cabeza a Flores y la sacó de la Asamblea Nacional.
El abogado constitucionalista Bonifacio Miranda Bengoechea escribió en un artículo para Confidencial que al momento de ser destituida, ya se venía realizando un proceso en el cual María Fernanda estaba comenzando a tomar las riendas del partido que dirigió durante tantos años su esposo.
“Mientras la vida política del caudillo Arnoldo Alemán se apaga lentamente, su esposa María Fernanda actúa como una verdadera regente, asumiendo en los hechos las riendas y el control del PLC. Esta situación provocó que un sector de la vieja guardia del PLC, liderado por María Haydée Osuna, se rebelara contra este subrepticio traspaso de mando”, escribió Miranda Bengoechea en 2020.
De esta manera inició una especie de “rebelión a bordo” que prácticamente dejó en manos de Osuna la representación del PLC, gracias a la ayuda del Consejo Supremo Electoral.
La revista DOMINGO intentó comunicarse en varias ocasiones tanto con Arnoldo Alemán como con María Fernanda Flores, pero no respondieron las llamadas.
Según publicó el diario LA PRENSA, una fuente cercana a la familia Alemán Flores dijo que al momento de la detención los policías “despojaron de su celular” a la exdiputada liberal.
“Los policías solo le están permitiendo que ingrese a la casa a su esposo, el doctor alemán, y a sus hijos, a nadie más”, aseguró la fuente que solicitó el anonimato por temor a represalias.
Hasta el momento de la publicación de este trabajo, no se conoce más detalle que los informados por la Policía. Que María Fernanda está siendo investigada “por realizar actos que menoscaban la independencia, soberanía y autodeterminación e incitar a la injerencia extranjera”.