Qué hermoso que un chinandegano traiga a memoria a aquel gran hombre nacido en Metapa, Matagalpa, luego criado en León, y asiduo visitante de Chinandega, puente para sus viajes al exterior por el puerto de Corinto. Chinandega tierra de su madre Rosa Sarmiento (Darío) Mayorga.
En este libro Hugo Vélez Astacio nos educa sobre las cualidades que Rubén Darío y nos invita a quererlo y a celebrarlo.
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El escrito cubre títulos tomados de conferencias que Hugo ha dado en diferentes foros en Nicaragua.
Toca los temas de Rubén Darío patriota, cristiano, agradecido, aristocrático en sus gustos….Rubén Darío religioso, su vida social, sus viajes, etc.
Nos recuerda que Rubén Darío tuvo las siguientes cualidades: fue excelente amigo, no era violento, ni malhablado, viajaba incesantemente, lo hizo por 28 países, recorrió el continente americano desde las cataratas del Niágara, pasando por países del Caribe, México, todo Centroamérica, casi todos los países de América del Sur hasta Chile y Argentina, visito casi todos los países de Europa Occidental, desde el norte de África hasta Hungría.
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Atravesó el océano Atlántico 13 veces, y Hugo elabora sobre cada uno de esos viajes, y Darío fue autodidacta, es decir se educó el mismo, leyendo bibliotecas enteras, escuchando, investigando, meditando, y viajando.
También sirve como un libro educativo porque al final de los capítulos Hugo pregunta la opinión de los lectores para ayudarnos a pensar, y nos invita a disentir o no.
Darío no decía malas palabras, son contados los momentos en que se alteró al contestar un poco fuerte, como lo hizo con el cura impertinente en un viaje en tren en México, anécdota que Hugo expone simpáticamente, así con otras anécdotas históricas de Rubén, como la de la boda de su amiga Narcisa Mayorga con un millonario chinandegano.
Este libro nos prueba que Darío nos enseñó a querer a Nicaragua y a darle realce en el exterior, todos debemos memorizar aquella frase de nuestra gloria nacional: “Si pequeña es la patria, uno grande la sueña”.
Yo escribí un pequeño libro sobre Darío concentrándome en los datos de tu nacimiento, y luego su regreso de Europa ya minado de salud para venir a morir a Nicaragua.
Pero me quedé maravillado por el conocimiento que tiene Hugo sobre este genio y su deseo de que los nicaragüenses lo conozcamos y lo respetemos.
Hugo demuestra con este libro que es un gran investigador, cualidad básica para todo historiador.
Todo nicaragüense debe leer este libro escrito con amor a Nicaragua.