LA PRENSA con esta columna cierra el recuento de 44 días de los acontecimientos que marcaron el inicio de la rebelión cívica de abril de 2018, que desató la crisis sociopolítica que más de tres años después continúa de la mano de la represión policial y parapolicial en Nicaragua. Este 31 de mayo se cumplen tres años de que el régimen de Daniel Ortega reconoció que 15 personas fallecieron y 199 heridos, un día después de la masacre del Día de las Madres, resultaron heridos el 30 de mayo.
En ese momento a través de un comunicado de prensa atribuyeron los muertos y heridos a una “conspiración delincuencial”, deslindando cualquier responsabilidad, a pesar de que las evidencias de videos de los ataques de tropas de choque y las denuncias de las víctimas. La vicepresidenta y vocera del gobierno, Rosario Murillo, ese día hizo circular la posición de Ortega, en que señalaba a “grupos políticos de oposición con agendas políticas específicas”, sin mencionar a quiénes se refería.
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El canciller Denis Moncada Colindres, el comisionado general Francisco Díaz —subdirector de la Policía—, la fiscal general Ana Julia Guido y la ministra de Salud Sonia Castro formaron parte de ese delegación que compareció para lamentar lo ocurrido el Día de las Madres y fue precisamente esta última funcionaria quien dio a conocer el número de muertos y heridos durante la protesta.
“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional rechaza totalmente todas las acusaciones de esos grupos que en una provocación demencial y sin precedentes en nuestro País, se confabulan para denunciar ‘ataques’ inexistentes, luego atacan y producen víctimas para culpabilizar a las Instituciones del Orden Público”, afirmaron los funcionarios.
CEN cancela Diálogo Nacional
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ese jueves anunciaron que no reanudarían el Diálogo Nacional mientras el Gobierno continuara reprimiendo y asesinando al pueblo, que se manifestaba pacífica y libremente, según un comunicado de los religiosos.
La CEN, que fungió como mediadora del Diálogo Nacional, vivió “con profundo dolor los acontecimientos violentos perpetrados la noche de ayer (miércoles) por grupos armados afines al gobierno contra la población civil. Condenamos enérgicamente todos estos hechos violentos”.
EE. UU. condena la masacre
El Departamento de Estado de Estados Unidos, el 31 de mayo de 2018, se sumó a la condena internacional por la masacre perpetrada por los paramilitares y policías del régimen de Daniel Ortega contra la manifestación cívica que miles de nicaragüenses realizaron el 30 de mayo. Asimismo, advirtió que los responsables de violaciones a los derechos humanos serán responsabilizados por la comunidad internacional en foros internacionales.
“Las personas responsables de violaciones de los derechos humanos serán responsabilizadas por la comunidad internacional en foros internacionales”, dijo el Departamento de Estado. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, también se sumó a la condena a la masacre orteguista perpetrada el Día de las Madres.
En el comunicado emitido por la administración estadounidense se condena “la respuesta violenta del gobierno nicaragüense a las marchas pacíficas del Día de la Madre en Managua y otras ciudades, incluidos los ataques contra las madres y sus hijos, así como las golpizas a periodistas y los ataques a estaciones locales de radio y televisión”.
Iglesia acompaña salida de campesinos
Más de 1,000 campesinos que estaban refugiados en la Catedral de Managua, después de apoyar la marcha en homenaje a las madres que han perdido sus hijos por la represión gubernamental, lograron salir hacia sus diferentes municipios. Lo hicieron acompañados por una delegación de sacerdotes, para evitar que fueran atacados por los antimotines en el trayecto a sus casas.
“Los campesinos pidieron que se les acompañe a la salida de Managua. Vamos varios sacerdotes a darles compañía, al menos hasta San Benito”, dijo el padre Óscar Chavarría, quien también se encontraba en la catedral desde este miércoles. El religioso criticó el doble discurso de Daniel Ortega, porque habla de paz, pero agredió desde las 4:00 de la tarde a los manifestantes en la marcha de las madres, realizada en Managua el 30 de mayo.
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Por su parte, el líder campesino Medardo Mairena en ese momento hizo un llamado a las madres de los policías para que obtuvieran conciencia y aconsejaran a sus hijos a que no maten más al pueblo. A los policías les pidió que no repriman más al pueblo y a los trabajadores del Estado, que no tengan miedo, que salgan a las calles a sumarse al pueblo y que pronto la democracia será restablecida y podrán recuperar sus empleos.
La lideresa campesina Francisca Ramírez indicó que en los predios de la Catedral no había gente armada, ni militares, solamente campesinos que protestan pacíficamente y en exigencia de una Nicaragua democrática.