El dictador Daniel Ortega y su esposa y cogobernante, Rosario Murillo, participaron este miércoles 9 de septiembre en el acto central del 41 aniversario de fundación de la Policía Orteguista (PO), realizado en la Plaza de la Revolución, en Managua. Ortega impuso un galardón a su consuegro y jefe de la PO, primer comisionado general Francisco Díaz, como reconocimiento a esa institución usada por el régimen para reprimir las protestas civiles. La condecoración otorgada fue la Orden General Augusto C. Sandino, en su máxima distinción Batalla de San Jacinto.
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En el acto, Ortega usó su discurso para reafirmar la condición partidaria de la Policía y también del Ejército Nacional, lo que es una violación al artículo 94 de la Constitución Política de Nicaragua, que establece que “los miembros del Ejército de Nicaragua y de la Policía Nacional, no podrán desarrollar actividades político–partidistas”.
“Tanto el Ejército que en su nacimiento se llamó Ejército Popular Sandinista. Y la Policía, que en su nacimiento se llamó Policía Sandinista. Ejército Popular Sandinista, Policía Sandinista”, dijo Ortega.
También gran parte de su discurso extenso y bastante repetitivo fue para atacar a Estados Unidos. “El imperio norteamericano, que no le basta con oprimir al propio pueblo norteamericano, sino también como imperio busca como oprimir al mundo, al planeta”, dijo Ortega, entre otras críticas al país norteamericano.
La Policía Orteguista (PO) ha sido particularmente golpeada por las sanciones aplicadas por Estados Unidos debido a las violaciones de derechos humanos en Nicaragua. La institución policial y cinco policías fueron sancionados, entre ellos el comisionado general Díaz. El dictador se ha quejado en varias ocasiones de las sanciones en sus discursos, porque además han tocado en total a 22 familiares y funcionarios, entre estos su esposa Murillo, tres de sus hijos, el presidente de la Asamblea Nacional, el jefe del Ejército, entre otros.
El sancionado comisionado general Díaz, finalizó su discurso y la lectura del informe institucional, celebrando a los policías voluntarios, que fue como Ortega denominó a los grupos civiles armados que se coordinaron con la PO) para reprimir las protestas civiles de 2018. Más de 320 personas murieron por esa represión armada, según la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (CIDH). “¡Viva la Policía voluntaria!”, exclamó dos veces Díaz, al finalizar su intervención en el acto.
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Ascensos policiales
Siete Comisionados Mayores fueron ascendidos a Comisionados Generales en el acto de aniversario de la Policía Orteguista (PO). Uno de ellos fue el comisionado Fidel de Jesús Domínguez Álvarez, jefe de la Policía de León y quien dirige la represión contra los opositores en ese departamento. Uno de sus actos más criticados fue cuando irrumpió en la vivienda de la familia Reyes Alonso para robar los celulares y computadoras, golpear a los miembros de la familia y después de atarlos, obligarlos a grabar videos donde se comprometen a respetar a esta institución, considerada el brazo represor al servicio del dictador Daniel Ortega.
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El comisionado Domínguez asumió el mando policial de León el 23 de agosto de 2018, cuando transcurrían tres meses de las protestas en contra de la dictadura de Daniel Ortega. Domínguez sustituyó al comisionado mayor Domingo Navas Fúnes.
También fueron ascendidos los comisionados Karlota del Socorro Espinoza Aragón, Yuri Valle Olivares, ascendió a comisionado general, Juan Antonio Valle Valle, Cliffor Alberto Fidelino Pérez, Pedro José Rodríguez Argueta, Julio César Sánchez Reynosa.
En el evento participaron representantes de los poderes del Estado, entre ellos el sancionado presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras; la presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), magistrada Alba Luz Ramos; la magistrada del Consejo Supremo Electoral (CSE), Mayra Salinas; la ministra de gobernación, María Amelia Coronel. También estuvo presente el sancionado jefe del Ejército, general Julio César Avilés. También participaron funcionarios de la comuna capitalina. Todos los asistentes usaron tapabocas, a excepción del dictador Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, como ya es habitual.
Desde que Ortega regresó al poder en 2007, siempre recuerda en sus discursos los orígenes sandinistas de la Policía y el Ejército. Particularmente la Policía, no ha tenido reparo en mostrar su inclinación partidaria y su total sumisión a los intereses del régimen orteguista. En 2018 fue que la Policía se dio a conocer más que nunca como un instrumento represivo y capaz de matar a opositores para mantener en el poder a Ortega y su familia.