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Christian Moreno bateó .254 durante la temporada regular con el Bóer. LAPRENSA/CORTESÍA INDIOS DEL BÓER

“Sos muy pequeño”: La joven promesa del Bóer que no se rinde por alcanzar una firma

Christian Moreno se probó con el Bóer e hizo el equipo en 2019. En un abrir y cerrar de ojos ya había pasado de la segunda base a las paradas cortas, y a pesar de ser su segundo año refleja mucha soltura

De la noche a la mañana el futuro de Christian Moreno se había convertido en un paisaje de niebla en donde navegaban los deseos inalcanzables y la tristeza de lo que no había podido ser. El campo corto, ahora de los Indios del Bóer, escuchaba tres palabras que lo carcomían por dentro: “sos muy pequeño”. Por su mente se reprodujo el trailer de su esfuerzo cuando ninguna organización de Grandes Ligas decidió firmarlo. Fueron dos meses de angustias, en los cuales se sentía navegando como un barco a la deriva. Dejó de entrenar y llegaba a los juegos en modo zombi. Coleccionó una mala racha de 37 juegos seguidos sin conectar de imparable.

Cuando Moreno, 17 años, relata esa escena en su vida denota haberla superado. Ahora es un joven mucho más seguro. Su familia no lo abandonó y saltó esa barrera del miedo al fracaso. Se probó con el Bóer e hizo el equipo en 2019. En un abrir y cerrar de ojos ya había pasado de la segunda base a las paradas cortas, y a pesar de ser su segundo año refleja mucha soltura, gran seguridad, un brazo potente y, sobretodo, muy buen contacto con el madero. Ronald Tiffer, mánager del Bóer, inició buscando cobre y terminó encontrando oro.

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Moreno creció rodeado de una familia trabajadora. Siempre su tarea ha sido estudiar y jugar beisbol. Su mamá (Anabel Medina) lo cuidaba junto a su hermano, mientras su papá (Cecil Moreno) trabajaba de taxista sin descanso para sostener a la familia en la parte económica. “Nunca me ha faltado nada”, señala Moreno, quien empezó a jugar por diversión a los seis años, luego pasó a ser una estrella en ligas infantiles al punto de haber acumulado 11 títulos de campeón bate, asimismo fue parte de la hazaña de la Selección Nacional Sub-12 en el Mundial de Taiwán en 2015, cuando conquistaron bronce, ganándole dos veces a Cuba.

“Cuando cumplí 13 años decidí trabajar por conseguir la firma, la explicación que me dieron por la cual no me firmaron fue por mi tamaño. Me decían que era muy pequeño, mido 5’8. Me dije que el tiempo es de Dios, no pierdo las esperanzas en ser firmado, por eso no dejo de trabajar y si no se consigue quiero ser un jugador de gran nivel en Nicaragua”, cuenta el muchacho.

Moreno debutó siendo lanzador en un partido en el cual el Bóer perdía por paliza ante Rivas. Sandy Moreno, mánager del equipo el año pasado, le dijo que lanzaría. “Fue la única vez que lo hice, luego jugué segunda hasta que me dieron el puesto de campo corto”, indica.  En los anhelos del joven está ser como Derek Jeter, le gusta el estilo y liderazgo que ejercía en los Yanquis, pero su principal motivación es José Altuve. “Soy pequeño como él y si llegó a Grandes Ligas yo también podré hacerlo si me dan la oportunidad”, agregó. Su mamá le dice día y noche que no vivirá del deporte toda la vida. “Por eso pienso estudiar Ingeniería en Sistemas o Veterinaria. Estoy en quinto año de secundaria y tengo buenas notas”. El “sos muy pequeño” parece habérselo sacado de la mente. Moreno quiere alcanzar la grandeza como deportista y ser humano.

Deportes Bóer archivo

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