Con 29.1 millones de córdobas podrían desarrollarse obras de drenaje en los puntos críticos de Managua y de esa manera disminuir el impacto de las copiosas y fuertes lluvias en estos sitios; pero en vez de hacerlo, las autoridades municipales con ese dinero construyen el campanario de la paz, un proyecto estético del centro histórico y que es el último capricho de Rosario Murillo, primera dama y vicepresidenta del país.
Aunque ese tipo de atención en los puntos críticos no desaparecerá la vulnerabilidad de la ciudad en tiempos de aguaceros, el ingeniero Jaime Matus, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos (ANIA), aclara que al menos, se habrían dado pasos firmes hacia el objetivo de evitar que Managua se inunde.
“Yo creo que algunas obras que se están haciendo desde la Alcaldía son muy superfluas, deberían de centrarse en tratar de darle una solución al problema del drenaje pluvial. No podemos ir con que si solo este invierno es fuerte, dar una solución situacional. Debe ser calculada, bien diseñada”, analiza Matus, después de reconocer que la situación no se resuelve de un día para otro, puesto que el problema es histórico y muy grave.
Sin oír consejos
El crecimiento acelerado y desordenado que ha tenido la ciudad de forma horizontal, impermiabilizando los suelos, más el deficiente sistema de drenaje pluvial y la pendiente de la capital en la parte sur, son las principales causas porque la ciudad todos los años se inunda y las autoridades municipales sacan a relucir su asistencialismo y no ataca el problema de fondo.
Precisamente por la vulnerabilidad de la capital, en 2017, profesionales miembros de ANIA, el Colegio de Ingenieros de Nicaragua (CIN) y el Colegio de Arquitectos de Nicaragua (COAN), elaboraron un documento técnico en donde exponían la situación y enumeraban acciones. Fue enviado a diferentes instituciones públicas, entre estas la Alcaldía de Managua, pero nunca respondieron.
Por su parte, el ingeniero Carlos Lainez, especialista en hidráulica y medioambiente, recuerda que la capital padece de inundaciones desde la segunda mitad del Siglo XIX y que hasta el presente, han atendido los efectos y no las causas inducidas, que son las verdaderas. Remarca que el problema es tan complejo que no desaparecerá en el corto plazo ni desarrollando solo algunos proyectos.
“Han solucionado los puntos críticos pero si querés resolver el problema de las inundaciones, que están íntimamente relacionadas con la escasez de agua, nunca se ha hecho nada. Solo se han hecho paliativos, resolviendo problemas puntuales”, destaca Lainez.
Campanario fuera del PIA
El Campanario de la Paz es una construcción que consiste en una estructura de 17 metros de altura, la cual se erige desde el 18 de mayo entre el antiguo Cine González y Cancillería. En la parte superior estará una campana de 1.76 metros de diámetro. Está previsto a finalizar el próximo 17 de julio.
Esta obra no aparece en la cartera de proyectos que aprobó el Concejo Municipal en diciembre de 2019. Su incorporación será en la primera modificación del presupuesto de ingresos y egresos 2020, el cual sería aprobado sin problemas por el oficialismo.