La pandemia del Covid-19 amenaza con rebasar en más de la mitad la tasa de miseria en Nicaragua. Un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) divulgado ayer revela que en el peor de los escenarios de la crisis sanitaria la tasa de pobreza alcanzará el 52.7 por ciento entre los nicaragüenses y el 22.2 por ciento sobrevivirá en pobreza extrema.
Hasta el 2018, la población de Nicaragua era de 6.47 millones de personas y de cumplirse las proyecciones del organismo regional, 3.41 millones de nicaragüenses para finales del 2020 estarán en pobreza, algunos de los cuales como consecuencia de la pandemia.
La Cepal, que aclara que dichas proyecciones en América Latina no contemplan el impacto positivo que tendrían los paquetes de asistencias estatales, planteó tres escenarios para cada uno de los tipos de pobreza y el efecto de la crisis sanitaria.
En Nicaragua el mayor aumento de la profundización de este flagelo se sentiría principalmente en el grupo de los que viven en pobreza extrema, cuya tasa pasaría de 18 por ciento en el 2019 a 20.7 por ciento en el escenario más optimista; 21.3 por ciento en un menos alentador; y en el peor de los casos se dispararía a 22.2 por ciento.
“En el escenario alto, los mayores aumentos de la pobreza extrema se darían en México, Nicaragua y el Ecuador”, según la Cepal.
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En el caso de la pobreza general, la tasa pasaría de 47.1 por ciento en el 2019 a 50.6 por ciento en el mejor de los escenarios; 51.6 por ciento en un contexto menos negativo; y en el peor de los casos se dispararía a 52.7 por ciento.
“Este aumento de la pobreza y la pobreza extrema compromete gravemente la posibilidad de poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo en 2030 (Objetivo de Desarrollo Sostenible) y más ampliamente el logro de todas las metas de la dimensión social de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, dijo la Cepal, que señaló que la pobreza se aumentará en casi todos los países del hemisferio.
Los principales factores que incidirían en el aumento de la miseria en la región serían la pérdida de remesas y la destrucción de empleos como consecuencia de la pandemia.
Nicaragua sin medidas económicas
El reporte deja al descubierto que Nicaragua no ha adoptado ninguna medida económica o social para mitigar el impacto de la pandemia en las familias.
Un recuadro incorporado en el informe revela que al menos 29 países de América Latina y el Caribe han anunciado medidas de protección social para la población en situación de pobreza y vulnerabilidad para enfrentar los efectos de la pandemia.
Según el reporte, hasta el 24 de abril, 22 países de América Latina habían anunciado medidas adicionales, de las cuales el 60 por ciento son facilidades de pago de créditos e hipotecas, el 22 por ciento son alivios tributarios y el 18 por ciento corresponden a controles de precios.
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Incluso 20 países han ofrecido facilidades de pago de créditos a los hogares, entre las que se incluyen el aplazamiento del pago de cuotas, la readecuación y el refinanciamiento de préstamos, la exención de pagos o la suspensión de intereses de mora y multas durante el tiempo que dure la emergencia. En tres países, fue el sector bancario el que anunció las medidas, mientras que, en los restantes, fueron iniciativas públicas impuestas a los bancos privados o el resultado de acuerdos entre los gobiernos y la banca, explica el organismo.
El impacto en América Latina
El organismo analizó el comportamiento de la pobreza para 17 países de América Latina, de los cuales solo en tres economías las tasas rebasarán el 50 por ciento, siendo Nicaragua la segunda más alta en el peor de los escenarios.
En Honduras la pobreza general alcanzaría el 57.8 por ciento y Guatemala con 50.9 por ciento, en el escenario más negativo. En el 2019, la Cepal señala que este indicador habría cerrado en cada uno de estos países en 54.8 por ciento y 48.6 por ciento, respectivamente.
“Ante la caída del 5.3 por ciento del PIB y el aumento del desempleo de 3.4 puntos porcentuales proyectados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe” se espera que la pobreza en América Latina aumente en 28.7 millones de personas adicionales con respecto al año previo, por lo que alcanzaría a un total de 214.7 millones de personas, es decir el 34.7 por ciento de la población de la región.
En tanto, la pobreza extrema aumentaría en 15.9 millones de personas adicionales y llegaría a afectar a un total de 83.4 millones de personas.
“La crisis puede profundizar expresiones de malestar, desconfianza y desafección democrática, lo que constituye un riesgo importante para la cohesión social. Urge avanzar en un pacto social centrado en el bienestar y los derechos en las distintas etapas del ciclo de vida para enfrentar los impactos de la crisis, planteando una lógica de protección colectiva e igualdad, con respuestas solidarias en los costos y el financiamiento, lo que requiere nuevos pactos fiscales”, advierte la Cepal.
El organismo recordó el lento proceso de reducción de la pobreza en América Latina y que de cumplirse sus proyecciones eso implicará 13 años de retrocesos en la lucha contra la miseria.
Es por eso que instó a la región “construir el Estado de bienestar y sistemas de protección social universal es clave para evitar otra década perdida”.
Cepal propone apoyo
Para atender la emergencia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe propone a los gobiernos diseñar una renta básica para las familias pobres durante tres meses como mínimo.
“El costo de las transferencias monetarias varía entre un mínimo del 0.2 por ciento del PIB por una transferencia equivalente a una línea de extrema pobreza (67 dólares de 2010) durante tres meses para todas las personas mayores de 65 años y un máximo del 9.8 por ciento del PIB por una transferencia equivalente a una línea de pobreza (143 dólares) durante seis meses para todas las personas (transferencia universal)”, precisa. No obstante, aclara que dicha transferencia debe ajustarse a la realidad de cada país.