Las jóvenes siguen siendo las principales víctimas de femicidios en Nicaragua y en los dos primeros meses de este año, se contabilizan 11 casos a nivel nacional.
Del total de femicidios, cuatro casos corresponden a las edades entre 19 y 25 años, tres del segmento de 26 y 34 años, dos de 35 a 50 años; entre 12 a 18 años y mayor de 50 años se contabilizan uno respectivamente, según el reporte del organismo Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
El nivel de violencia y la vulnerabilidad a la que están sometidas las mujeres en el país, se ve reflejado en el actuar de los agresores, quienes en su mayoría fueron conocidos de las víctimas (dos de los autores eran la pareja, uno expareja, y conocido). Tres de los autores fueron los propios hijos.
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Aunque la Ley 779, Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, señala que femicidio es cuando el delito “es en el marco de la relaciones interpersonales de pareja”; Martha Flores, de CDD, expresó que el conteo realizado por el organismo incluye a los tres casos de parricidio porque “es un acto machista”.
“Si podemos ver los tres (casos) es la muerte de una mujer en manos de un agresor y su acto machista en que estos actuaron. Es decir, te quitan la vida por ser mujer y porque no cumplís con el rol que la sociedad machista manda a cumplir, ejemplo de ello es que uno (el victimario) le dice (a su mamá) ‘no me dio la comida, por eso la maté’, o ‘no me dio dinero por eso la maté’, y el otro porque no le aceptaba la novia, entonces es cumplir con ese rol machista hacia las mujeres”, explicó Flores.
El lugar de la tragedia
El lugar donde ocurrieron la mayoría de los feminicidios se dieron en el ámbito privado, quiere decir, en sus casas. Feministas han denunciado que la cultura machista y patriarcal en la que aún está sumergida el país, es uno de los principales problemas para que las mujeres sean víctimas de abuso y violencia desde sus hogares.
“Este compromiso político no existe de parte de las autoridades y esto le hace reforzar al hombre los actos de violencia hacia las mujeres, es decir, ‘no me hacen nada, puedo hacer y deshacer’, no hay justicia para las mujeres y eso refuerza el machismo”, lamentó Flores, quien agregó que el problema viene desde la formación del hogar.
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“Esto no es más que una demostración de poder. El hombre dice ‘yo soy el que proporciono el dinero, esta depende de mí’, esa percepción de dominación que los hombres pretenden tener con las mujeres, pero hacerlo (el delito) dentro de las casas es una acción cobarde sabiendo que están en un lugar donde a lo mejor los únicos que presencian (la muerte) son sus hijos menores que traumatizan para toda la vida”, declaró por su parte Vilma Núñez, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Hasta el cierre de febrero, se registraba que seis casos han sido llevado a los juzgados, tres agresores están prófugos y dos están impunes.
¿Y las comisarías?
El organismo también reporta 15 femicidios frustrados, de los cuales el organismo recibió una denuncia donde la víctima se acercó, el pasado 15 de febrero, a una de las recién inauguradas comisaría de la mujer, sin embargo, no fue atendida correctamente.
“Entonces decimos dónde están estas comisarías, qué es lo que abrieron, ¿la estructura?, pero eso no nos sirve como mujer”, declaró Flores.
El 6 de febrero de este año, el régimen orteguista oficializó el relanzamiento de las oficinas de la mujer en los distintos distritos de Managua, con el objetivo de alcanzar un país “libre de violencia”, pero feministas cuestionaron el verdadero funcionamiento del mismo, y atribuyeron que el anuncio fue parte de la “propaganda política” de los Ortega-Murillo porque no existe un compromiso real de Estado.
Núñez manifestó que el régimen orteguista creyó que con la represión desatada contra la oposición, el tema de femicidio “se iba a quedar oculto”.
“Es parte de este contexto de descomposición social que hay, que es como un caldo de cultivo muy propicio para que esto ocurra”, dijo la defensora de derechos humanos.