El nepotismo sigue enraizándose en el Estado del que se favorecen a familiares del círculo de poder del régimen orteguista. Las hijas gemelas del diputado orteguista Wálmaro Gutiérrez, presidente de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional, fueron nombradas consejeras consulares en las representaciones diplomáticas de Nicaragua en Ginebra, Suiza y en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, designaciones aparecen en La Gaceta, Diario Oficial.
María Fernanda y María Michelle Gutiérrez Gaitán, hijas del diputado Gutiérrez, fueron nombradas mediante el Acuerdo Ministerial 06-2020 y 07-2020, respectivamente, como consejeras en las sedes diplomáticas por el canciller orteguista Denis Moncada. Ambos decretos se publicaron en La Gaceta Diario Oficial el pasado 7 de febrero. Los nombramientos tienen vigencia del pasado 1 de febrero.
María Fernanda Gutiérrez ocupa el cargo de “consejera con funciones consulares” de la embajada de Nicaragua en Ginebra, Suiza. Ella llamó la atención el jueves pasado al ser parte de la delegación del régimen, encabezada por el vicecanciller y ministro asesor de la Presidencia para Asuntos Internacionales, Valdrack Jaentschke, en la sesión el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
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A la otra hija del diputado Gutiérrez, María Michelle, la designaron en la misión permanente de Nicaragua en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos, también como “consejera”. Ninguna de las gemelas del legislador orteguista tienen carreras relacionadas al servicio exterior.
Según sus perfiles profesionales, disponibles en el sitio Linkedin, María Fernanda Gutiérrez estudio Marketing y Publicidad en la Universidad Americana (UAM), de donde se graduó en 2017. Su hermana, María Michelle Gutiérrez, no precisa la carrera que estudió pero también se graduó en la UAM en el 2016. Sin embargo tampoco tendría relación con la carrera diplomática, pues según su perfil en Linkedin trabajó en el Departamento de Administración de Proyectos de la Empresa Nicaragüense de Transmisión Eléctrica (Enatrel) desde abril del 2017.
Práctica corrupta
Nombrar a familiares de funcionarios en cargos en los ministerios, instituciones descentralizadas, en las embajadas en el exterior y el resto del Estado es una práctica que se ha profundizado con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, empezando porque ellos son esposos y a la vez son presidente y vicepresidenta designados.
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La familia presidencial es ejemplo del nepotismo del régimen concretado con la designación de funcionarios en base a la demostración de lealtad, culto político y vínculos familiares, ya que varios de los hijos de Ortega y Murillo son asesores presidenciales, coordinadores o directores de comisiones y empresas públicas. Son el caso de Laureano Ortega Murillo quien es “asesor para las inversiones, comercio y cooperación internacional de la Presidencia”; sus hermanas Camila y Luciana Ortega Murillo son “asesoras presidenciales”, pero también Camila es “coordinadora de la Comisión Nacional de Economía Creativa”, una entidad inventada por el régimen en 2019.
Violaría Ley de Probidad
El exprocurador Alberto Novoa señaló que las designaciones en cargos diplomáticos de las hijas del diputado orteguista Gutiérrez es otra muerta de “que el nepotismo es un mal que arranca desde el vértice desde la pirámide y se irriga a todos los estratos de la espiral política” del país.
“Arranca desde la vicepresidenta de la República, pasando por los hijos de la pareja presidencial y así se van creando núcleos de poder familiar y partidarios en los diferentes segmentos del Estado”, dijo Novoa.
El exprocurador señaló que estos nombramientos violarían la Ley de Probidad “que es clara en prohibir estos quistes de familiares en los órganos del Estado”, porque habría tráfico de influencias de un alto funcionario del régimen para que se favorecieran a sus hijas con cargos en cargos diplomáticos.
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La Ley de Probidad (438) en su artículo 8 establece entre las prohibiciones del ejercicio de la función pública el “utilizar la función pública en provecho de cualquier persona natural o jurídica en perjuicio del Estado”, así como “hacer gestiones que privilegien a terceros”. Con esas limitantes se pretende impedir el tráfico de influencias de los funcionarios públicos para beneficiar a sus familiares.
Novoa señaló que si bien el nepotismo ha sido un “fenómeno” que han practicado los distintos gobiernos, es con el régimen de Ortega y Murillo “que se ha acentuado más, con mayor descargo y falta de pudor político, y en clara violación a las leyes de probidad y normas que lo prohíben”.