Los nicaragüenses se benefician cada vez menos de los programas subsidiados estatales, lo que coincide con la agudización de la caída de la cooperación de Venezuela en los últimos dos años.
Una encuesta realizada por la firma Cid Gallup reveló que solo el 17 por ciento de la población se ha beneficiado con algún programa asistencialista del Gobierno y el restante 83 por ciento no.
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La baja incidencia de los programas subvencionados del Gobierno, según la encuesta, ocurre pese a que el 41 por ciento de los consultados se identificaron como seguidores del Frente Sandinista.
La encuesta fue aplicada a 1,200 hogares y tiene un margen de error de más o menos el 2.83 por ciento y un nivel de confiabilidad del 95 por ciento. La consulta se realizó entre el 6 y 18 de septiembre de este año.
En el reporte, Cid Gallup señala que la reducida presencia de los programas subsidiados entre la población se da pese a que es común escuchar: “Ortega ayuda mucho a la gente”, “la Chayo llega a hogares y regala latas de zinc”, “hay mucha gente pobre que recibe ayudas”, “los campesinos reciben semilla y animales”, “a mí no me da nada, no soy sandinista” o “solo a las personas que lo apoyan” se benefician de programas subsidiados.
Solo el 10 por ciento de la población ha recibido láminas de zinc y el 4 por ciento juguetes para los niños. Además el 2 por ciento recibió animales de granjas y el 1 por ciento semilla para siembra o alimentos.
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Varios de estos programas han ido desapareciendo o bien han sido absorbidos por el Presupuesto General de la República desde que la cooperación de Venezuela se vino al suelo luego que la economía de ese país se hundiera en una terrible crisis, situación que se agudizó por el derrumbe del precio del petróleo a nivel internacional.
Entre las últimas movidas del Gobierno de Nicaragua para evitar que la mayoría de los programas populistas desaparecieran por completo, figuró dejar de entregar gratis un paquete de diez láminas de zinc a sus seguidores y estableció que ahora los que opten por ese programa deben pagar mil córdobas.
Asimismo, el programa Bono Solidario, que es el que contempla la entrega de animales, semilla para sembrar, entre otros insumos, dejó de otorgarse gratis a los beneficiarios y se convirtió en una especie de crédito con tasas de interés accesible.
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Distintas agencias calificadoras ya habían advertido que debido a la reducción de la cooperación de Venezuela muchos de los programas que se financiaban con dichos fondos o desaparecerían por completo, o bien, se convertirían en una carga para el gasto público. Los fondos venezolanos son manejados al margen de la fiscalización pública, es decir del Presupuesto General de la República.
Diferentes sectores opositores a la dictadura han denunciado que varios de estos programas han servido para comprar lealtad al partido del Frente Sandinista, o sea, para clientelismo político.
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millones de dólares ascendió el año pasado el crédito petrolero con Venezuela, inferior a los 563.8 millones en 2011, su nivel más alto desde que se instauró este esquema de cooperación.